El acero es esencial para prácticamente todos los sectores de la actividad humana, desde la construcción civil, torres de líneas de transmisión de energía eléctrica o equipamientos hospitalarios hasta automóviles, maquinaria agrícola o electrodomésticos. En ninguna de estas aplicaciones puede ser sustituido por otro producto. En otras palabras, para que la industria del acero sea un proceso cada vez más sostenible, es necesario mejorar su proceso de producción.
La alta demanda de productividad de la industria siderúrgica, sumado a la creciente competencia en el sector, hacen de la confiabilidad operativa una cuestión crítica. Adicionalmente, los clientes exigen un producto de calidad con las especificaciones requeridas, pero los plazos de entrega también cobran cada vez más relevancia.
En este sentido, ejecutar sus operaciones manteniendo la calidad, a máxima capacidad y sin interrupciones es la clave de los resultados en una industria tan competitiva, donde los equipos operan en condiciones extremas. Pero, al mismo tiempo, es necesario satisfacer las demandas de desarrollo sustentable, tanto de los clientes como de las propias empresas, que exigen reducciones en el consumo de energía y en el volumen de residuos generados.
Soluciones a los desafíos
Para garantizar un funcionamiento eficiente, las siderurgias necesitan contar con productos y procesos que garanticen un funcionamiento seguro, cada vez más limpio y sin interrupciones.
En este sentido, la marca de lubricantes Mobil remarca la importancia de contar con socios estratégicos y/o equipos internos que faciliten:
• Análisis de lubricantes usados y grasas, de los que se desprendan reporte de conclusiones y toma de acciones.
• Evaluación del rendimiento del aceite en maquinaria y recomendaciones de mejoras
• Otras herramientas de monitoreo y mantenimiento predictivo, como análisis de vibraciones, termografías, Boroscopías, etc.
Esto asegurará un uso racional de los lubricantes, además de aumentar notablemente la eficiencia del proceso reduciendo costos, evitando pérdidas, y logrando una operación más segura.
Otras consideraciones a mencionar para optimizar procesos dentro de esta industria son:
• Control de fugas: las fugas de lubricantes son frecuentes en equipos que operan en condiciones críticas, aunque identificarlas no siempre es una tarea sencilla. Entre cientos de conexiones, mangueras y válvulas, en condiciones de luz no siempre favorables, localizar la fuente del problema puede tardar mucho más de lo requerido. Por esto, desde Mobil informaron que, como parte de su servicio técnico, la compañía cuenta con kits detectores de fuga, que insertan en el sistema un aditivo colorante, que no modifica ningún parámetro del aceite (y no interfiere, por lo tanto, en el funcionamiento del equipo), Luego, con una luz ultravioleta, también provista, se identifican de manera confiable el origen de las fugas.
• Grasas: el sector siderúrgico es el mayor consumidor de grasas. Son parte fundamental de la operación, ya que su función es proteger la maquinaria y mantenerla funcionando sin interrupciones. Por este motivo, es de suma importancia contar con productos de alta tecnología y analizar si las grasas utilizadas son las más adecuadas para las condiciones en las que opera cada equipo (estas condiciones cambian en muchas oportunidades y las grasas indicadas en el manual del equipo dejan de ser las indicadas).
Desde la empresa, detallaron que su soporte técnico puede analizar la lubricación de sus equipos y asegurar poder contar con el lubricante, disminuyendo drásticamente las interrupciones y haciendo a los equipos más eficientes. Cuenta, además, con un servicio exclusivo de análisis de grasas usadas, que permite conocer con exactitud el estado de salud de cada equipo, y verificar el desempeño del lubricante.
• Abastecimiento de lubricante inteligente: si bien en la mayoría de las aplicaciones, la industria siderúrgica utiliza la grasa en tambores, existe en el mercado un sistema inteligente de suministro de lubricante: En los tambores o baldes, el producto se extrae con una bomba, y no se puede utilizar el producto en su totalidad, o requiere mano de obra para retirar manualmente el producto que queda adherido al envase, que luego debe devolverse al proveedor en una operación de logística inversa.
Para facilitar la logística y la operación con grasas, expertos en lubricación desarrollaron una solución mucho más funcional: una bolsa de 900 kilogramos aproximadamente instalada dentro de un equipo de extracción especialmente desarrollado y que inyecta directamente la grasa en el sistema, según la necesidad. Cuando se utiliza todo el material, solo queda una bolsa de plástico, que se puede desechar fácilmente, prescindiendo de la complejidad de la logística inversa de los envases, y aprovechando el 100 % del producto, sin necesidad de requerir mano de obra extra.
En resumen, a través de una lubricación más eficiente y la optimización de determinados procesos, se obtienen los siguientes beneficios, según detallaron:
• Reducción de consumo de energía;
• Disminución del gasto en insumos y repuestos;
• Reducción de la generación de residuos;
• Reducción de pérdidas y desperdicios;
• Menos tiempo de inactividad operativa;
• Menor cantidad de detenciones para mantenimiento (y de mano de obra asociada);
• Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero;
• Reducción de riesgos de accidentes y contaminaciones.