Por Ricardo Aguirre*
Vaca Muerta es un recurso hidrocarburífero de clase mundial, algo que la Argentina –que tiene una industria petrolera de más de 110 años de historia– no había tenido anteriormente. Es una gran oportunidad para desarrollar actividad económica genuina, con creación de empleo de calidad y generación de divisas. Sin embargo, es importante destacar que no se trata de una oportunidad de generación de renta extraordinaria, como los yacimientos de bajísimo costo de desarrollo y de extracción existentes en Arabia Saudita u otros países de Medio Oriente. Para ser una realidad, Vaca Muerta necesita costos y términos fiscales competitivos con las cuencas de Norteamérica.
Vaca Muerta ya ha alcanzado relevancia en cuanto a participación en la producción nacional y en la reducción del déficit comercial energético del país de unos u$s 6.000 millones a menos de 2.000. Si su desarrollo prosigue y se acelera, podrá eliminar ese déficit y generar un muy necesario superávit.
Los actores principales en la cuenca, liderados por YPF y con la participación de empresas de primer nivel mundial, han sido exitosos en la reducción de los costos de construcción de los pozos, utilizando las tecnologías más modernas que permitieron llegar a construir pozos de más de 3.000 metros de recorrido horizontal y con más de 40 etapas de fractura.
La clave para la continuidad de la actividad es la competitividad de los términos fiscales, entre los que entran los precios para el gas natural y el petróleo, las regalías y los impuestos nacionales y provinciales. La presión fiscal en el país está en un máximo histórico, con impuestos que funcionan en cascada, como débitos y créditos bancarios e ingresos brutos.
La industria fue capaz de producir avances notables aun con estos impuestos. Contribuyó a ello la modernización del régimen laboral logrado por la acción conjunta con los sindicatos y los gobiernos nacional y provincial. Sin embrago, la ruptura de la aplicación de precios internacionales para la producción, causada por la crisis de la macroeconomía, asestó un duro golpe a las economías del desarrollo del recurso en lo inmediato, y recreó el fantasma de la ruptura de las reglas del juego que tanto daño hizo en el pasado.
El desafío del próximo gobierno nacional, que ya ha expresado su intención de favorecer el desarrollo de Vaca Muerta, pasa por restablecer términos fiscales atractivos en lo inmediato y la confianza en la estabilidad de esos términos hacia el futuro. El núcleo de este desafío es el precio a recibir por el productor, dado que hoy por hoy, y por bastante tiempo, la producción tiene por destino el mercado interno, por lo cual el precio debe ser pagado por los consumidores o complementado por un subsidio estatal. La alternativa a este restablecimiento será la baja de la actividad, con el descenso de la producción (los no convencionales declinan mucho más rápidamente que los convencionales), impulsando nuevamente la escasez y el aumento del déficit comercial en un país sediento de divisas para restituir su equilibrio macroeconómico. ×
* Ingeniero especialista en la industria petrolera.
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Clarisimo y muy bien expuesto!
Todos los que conocemos el potencial de Vaca Muerta como sector para impulsar el Desarrollo de la Industria, de las Provincias y de toda la cadena de valor, tenemos puestas nuestras expectativas en que los dirigentes actuen con racionalidad, seriedad y compromiso en establecer reglas de juego claras que estimulen las inversiones productivas. No dejemos pasar esta oportunidad unica para nuestro querido pais!
Looking forward to a pro business Vaca Muerta policy. It seems Fernandez is moving slowly.
for foreign interests can be. We do not resist this looting of resources with low royalties and high pollution.