El abastecimiento de combustible en las provincias de Noreste argentino se está viendo afectado por la bajante histórica del río Paraná. El bajo nivel del agua impide que las barcazas de YPF lleguen a la terminal de Barranqueras en la provincia de Chaco, el principal nodo de distribución de combustibles en todo el norte del país. En las provincias de Corrientes, Misiones, Chaco, Formosa y también en el norte de Santa Fe se ve afectada toda la logística de distribución de combustibles hacia las estaciones de servicio por vía terrestre por la creciente demanda de camiones. Hay problemas con la logística para naftas, gasoil y biocombustibles.
Según pudo constatar EconoJournal de distintas fuentes, las seis barcazas que tiene YPF para el transporte de combustibles por el Paraná hacia Barranqueras (luego se distribuye a las estaciones de servicio) no pueden operar por la bajada del río. El calado de hasta 12 pies (3,6 metros) impide que las barcazas puedan navegar hasta las terminales fluviales. La altura del agua de los riachos en esta terminal sólo permite embarcaciones pequeñas o de poco calado. Además de Barranqueras, también están afectadas otras plantas que la compañía con mayoría estatal tiene aguas abajo en la provincia de Santa Fe.
Otro factor que genera mayor demanda de camiones para distribuir combustibles es que Raízen, que comercializa la marca Shell y es una de las tres refinadoras más grandes del país junto con YPF y Axion Energy, dejó de operar la terminal de Puerto Vilelas en Chaco por las malas condiciones de navegabilidad del Paraná. La compañía desarmó su logística fluvial para distribuir el combustible sólo por vía terrestre mediante camiones.
Estaciones de servicio
Fuentes consultadas por EconoJournal de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) indicaron que “estamos sintiendo un impacto principalmente los fines de semana, que es el momento de mayor demanda en esta época del año. El problema lo tenemos principalmente los domingos y lunes cuando no se dificulta concretar el nuevo aprovisionamiento semanal de los camiones”. “Es un problema coordinar la logística para abastecer a las estaciones de servicio, que están trabajando con más previsibilidad. Los pedidos se están haciendo con mucha mayor anticipación”, agregaron.
Niveles históricos
La bajante del río Paraná comenzó en 2020 por la sequía histórica que registra la región, con marcas que no se superaban desde hace medio siglo. Este miércoles, el presidente del Instituto Nacional del Agua (INA), Juan Carlos Bertoni, señaló a Télam que la situación actual del Paraná “es preocupante” y que “continúa la bajante que comenzó en 2020”.
El informe semanal del INA señala que “las medias semanales permanecen 2,70 metros por debajo del promedio de enero de los últimos 25 años en Barranqueras (Chaco) y Corrientes”. Según la Gerencia de Sistemas de Información y Alerta Hidrológico del INA, el Paraná lleva 300 días “con niveles inferiores al límite de aguas bajas”.
A mediados del año pasado la bajante generó que la generación hidráulica de la represa de Yacyretá opere al 50% y que las usinas térmicas de Vuelta de Obligado y San Martín (Santa Fe) y la central de San Nicolás (Buenos Aires), que también toman el agua del Paraná, se vean afectadas.