Especial desde Aña Cuá (Corrientes)

Mariana Carmona es la jefa de Coordinación de Seguridad e Higiene de la obra argentino-paraguaya de maquinización del brazo Aña Cuá que forma parte de la represa hidroeléctrica Yacyretá. Como parte de la estructura del consorcio ejecutor del proyecto, integrado por las empresas Astaldi, Rovella y Tecnoedil, el equipo de seguridad reúne más de 25 personas entre prevencionistas, enfermeros, médicos, choferes de ambulancia y expertos ambientales.

Hace un año, cuando inició la obra que aportará un 10 por ciento de la energía que produce la central, Mariana fue convocada para desempeñar un rol preventivo indispensable en un proceso que implica la realización de trabajos de alto riesgo.

En diálogo con EconoJournal, que viajó a Corrientes para conocer de primera mano los avances del proyecto, la jefa de seguridad explica cómo funciona el protocolo de despeje para avanzar con las explosiones del suelo que en cuatro años constituirá un nuevo corredor del caudal del río Paraná: “primero suena una sirena de advertencia, luego una segunda de evacuación, una tercera que anuncia la detonación y una cuarta para que, finalizado el proceso, el personal regrese a sus puestos de trabajo”.

Consciente de ello, en el día a día, Mariana hace algo más. Presiona el botón de una quinta sirena que advierte lo fundamental de su presencia para evacuar los estereotipos de género en una industria históricamente masculina, para detonar los prejuicios del trabajo de la mujer en obra y deconstruir cualquier imaginario social que no contemple la posibilidad del liderazgo femenino como realidad latente.

Prevenir para garantizar la seguridad

–¿En qué consisten las tareas del equipo de seguridad que dirigís en Aña Cuá?

En un proyecto de semejante magnitud nos atañen muchas responsabilidades ligadas a garantizar la seguridad del personal en tareas de altura, de riesgo eléctrico, de montaje, de movimiento de suelo, de carga y descarga de camiones, y de procedimientos de voladura. Además, coordinamos los aspectos ambientales. La responsabilidad es mucho más grande que en una obra habitual, porque estamos situados en una isla y tenemos que estar atentos a la permanente convivencia con especies autóctonas como yacarés, carpinchos, monos y serpientes. Por eso, es fundamental preparar a la dotación de personal para circular con estos seres vivos que deben ser preservados y cuidados porque son parte de la estructura de la reserva ambiental.  

–¿Cuáles son las actividades con mayor nivel de riesgo?

Es una obra que tiene riesgos que son bien puntuales y van a ir complejizándose a medida que avance el proyecto diseñado inicialmente por 5 años, aunque quizá se extienda por la cuestión pandémica. Los riesgos más críticos tienen que ver con los trabajos de montaje en altura esenciales para la construcción de armaduras de hormigón de la futura casa de máquinas.

El procedimiento de voladuras (perforaciones en roca), lo empezamos a realizar en diciembre del año pasado y ya llevamos 103 voladuras ejecutadas que nos sirven para poder aplicar los explosivos necesarios y avanzar en la profundidad de la excavación. Es una actividad que está a cargo del personal idóneo que conoce de la materia y requiere la aplicación de protocolos muy específicos.

Otro riesgo latente es la excavación en sí misma, a medida que realizamos el movimiento de suelo y se van extrayendo los metros cúbicos de piedra, se trabaja cada vez a mayor profundidad, con lo cual hay que estar muy atentos al comportamiento de los aludes. Hay un 50% de personal del lado paraguayo y un 50% del lado argentino porque así lo establece el proyecto que tiene la particularidad de ser binacional. Por eso, es necesario aplicar los marcos legales tanto argentinos como paraguayos. Yo soy una profesional recibida en Argentina y me senté a estudiar la legislación paraguaya para hacer una combinación y síntesis.

–¿Dónde pones el foco para evitar cualquier tipo de accidente?

Siempre apostamos a la prevención, nuestra tarea consiste en adelantarnos al riesgo que se pueda presentar, formar el personal, realizar capacitaciones diarias, si hay algún desvió en la práctica o en la condición de seguridad automáticamente se detiene el trabajo y se lo corrige para evitar que acontezca un accidente. Tuvimos incidentes muy leves que han sido atendidos en la enfermería de obra. Aun así, para nosotros cualquier mínimo incidente implica un llamado de atención importante, significa que tenemos que ajustar los controles y los procesos de trabajo para que esos desvíos no nos lleven a un accidente de mayor seriedad. Hacemos una parada de seguridad para reunir a todo el personal y poder revisar qué sucedió, corregir y establecer lo que llamamos la “lección aprendida”.

El rol de la mujer en la obra

–¿Cómo ejerces el liderazgo en una industria predominantemente masculina?

Si bien los tiempos han cambiado, mi rol como profesional mujer en un mundo masculino desde hace tantos años implica un esfuerzo extra, un plus que a nosotras nos toca atravesar y a los varones no. Se trata de hacernos escuchar en un universo de opiniones masculinas donde quizá, sin quererlo, los varones dan por sentado que tenemos que estar vinculadas a otro tipo de trabajos o no confían tanto en nuestra labor.

Mi forma de manejar los grupos humanos tiene que ver con aspectos que he defendido durante toda mi vida en todos mis trabajos. Para mí, lo más importante es ser humana a la hora del trato. Me comunico exactamente igual tanto con el ayudante de obra como con el gerente general; con humildad, respeto, cariño y esencialmente con humanidad. Eso es lo que me ha permitido sortear los obstáculos.

–¿Cuáles son los desafíos del papel que desempeñás en el día a día?

En el día a día las dificultades se presentan. En general yo manejo las situaciones con firmeza y humor al mismo tiempo. Mi teléfono no para de sonar y siempre tengo una palabra de aliento para cada uno. En verdad me manejo con humor y también con mucha firmeza porque tengo que defender lo que considero que es correcto y al mismo tiempo ser lo suficientemente flexible para identificar si me estoy equivocando y corregirlo. Mi primer objetivo cuando encaro mi rol en la obra es aprender los nombres de las personas con las que trabajo.

–Son 630 personas…

Todavía no logré aprender todos, pero sé muchísimos de ellos y los saludo cada vez que los cruzo en la obra. Además de compartir el trabajo, compartimos la vida. Estamos muchas horas en el proyecto y me parece importante encontrar momentos destinados a la contención afectiva.

–El trabajo en materia de seguridad no es ajeno al interés por sostener los lazos afectivos porque un buen clima laboral influye mucho a la hora de que la gente vaya a trabajar tranquila y segura…

Claro, de eso se trata la combinación del humor y la firmeza. En materia de seguridad, si no hay firmeza la persona se siente desorientada, tiene que ver a alguien firme y seguro. No obstante, tengo una concepción de la autoridad alejada del autoritarismo. Construyo mi autoridad desde la legitimidad y para eso necesito que la gente me conozca trabajando a la par de ellos. Porque, en definitiva, no sirve de nada que yo venga de la cima de la estructura vertical de mi rol para imponer una directiva.

–¿Qué diferencial aportas por ser mujer?

Respondo con un ejemplo: si se golpea un trabajador automáticamente le pregunto qué le pasó y si tiene alguien en su casa que lo espera. Las mujeres tenemos esa añadidura que ayuda a la apertura y al diálogo. Hay una tendencia a ser muy detallistas y tenemos en cuenta cosas que por lo general no se miran. A la mujer en seguridad yo la considero muy valiosa, también en los roles técnicos e ingenieriles. Por eso creo que debería haber muchas más trabajadoras en obra, pero es difícil porque generalmente están vinculadas al staff administrativo. Personalmente, impulsé para el 8 de marzo una foto grupal con las mujeres que trabajamos en el proyecto Aña Cuá. Creo que podemos aportar cosas muy interesantes desde nuestra perspectiva y empujar para que aumente el numero de mujeres en el sector industrial.

–¿Qué le dirías a las jóvenes profesionales que desean insertarse en la industria?

Yo les diría que se animen a romper con los esquemas que nos enseñan de chicas dando por hecho que hay actividades que son de nene cuando no es así. Que se animen a transitar estos caminos que constituyen desafíos muy lindos y arrojan mucha experiencia. Que rompan las estructuras impuestas y den un paso más para visibilizar lo que implica nuestra presencia en un mundo mal llamado masculino.

Los lazos comunitarios

Mariana Carmona tiene 42 años y hace 13 que trabaja en el ámbito de la seguridad. También fue docente de bibliotecas populares y alfabetizó jóvenes y adultos durante más de 10 años. Es un cúmulo de experiencias empáticas con la comunidad que incorpora a cada paso que da en el puesto que ejerce en la actualidad.

En sintonía con la importancia que le otorga a la construcción de lazos afectivos, Mariana asegura estar muy atenta a lo que acontece en Ayolas e Ituzaingó, las dos ciudades linderas a la represa: “Esta obra tiene un impacto social muy grande, Aña Cuá es un proyecto muy esperado por las comunidades. Muchos habitantes de la zona se criaron entre charlas de la represa, porque sus padres o sus abuelos trabajaron en la construcción. Desde ese lugar, sumado a la apertura de puestos de trabajo y la generación de movilidad social y económica que habilita el proyecto, es una obra muy importante para todos”.  

A poco más de un mes para las PASO, mientras las campañas electorales evidencian la tendencia discursiva de la política anunciando propuestas de resolución de conflicto dirigidas a la “gente común”, muchas veces sin identificar quién es la gente, qué es lo común y cuán importante es aceptar la existencia de la diferencia sin suficiencia elitista ni exaltación acrítica, la experiencia de Mariana suscita, -como mínimo- una reflexión a la hora de encarar posiciones de liderazgo. Para aceptar la diferencia como rasgo distintivo de los seres humanos y defender, a partir de allí, los derechos igualitarios. Porque, a fin de cuentas, ¿quién decide cuál es el proyecto común si dejamos de lado las diferencias?