YPF está transformando su negocio de petróleo en la Argentina. La petrolera bajo control del Estado está transfiriendo recursos desde sus yacimientos históricos de crudo ubicados en Santa Cruz y Chubut –e incluso en el norte de Neuquén- para acelerar el desarrollo de recursos no convencionales de Vaca Muerta. La razón es estrictamente económica.
Por la convergencia del valor local del crudo con la cotización internacional del barril -hoy amesetado en los 50 dólares-, que en la práctica significó un recorte del precio interno del hidrocarburo, no es rentable seguir perforando nuevos pozos en reservorios maduros que llevan décadas en explotación. Yacimientos como Los Perales, Las Heras y Manantiales Behr, entre otros de YPF en el sur del país, producen una cantidad excesiva de agua que torna en antieconómica su producción.
Ricardo Darré, CEO de YPF, cuantificó el problema. “Medido en dólares por barril, la perforación de un pozo en Santa Cruz o Chubut nos cuesta US$ 30. A eso hay que sumarle otros veintipico en opex (operación y mantenimiento), fundamentalmente por el costo del manejo del agua que se reinyecta en los campos (para arrastrar el petróleo). Más regalías e impuestos. A estos valores, necesitamos un barril de US$ 60 para que el negocio cierre”, advirtió. Sin embargo, YPF cobra sólo 47 dólares por cada barril que extrae de esos campos. El camino por recorrer es largo.
El directivo, cultor de un bajo perfil, recibió a un grupo de medios -entre los que se encontraba EconoJournal- en la base de operaciones en Loma Campana, el mayor campo no convencional de Vaca Muerta. Fue uno de sus primeras apariciones ante la prensa para mostrar las mejoras de la petrolera en Vaca Muerta. La optimización de los costos de desarrollo en los yacimientos no convencionales dio vuelta la ecuación de YPF.
Es usual escuchar en la industria petrolera que la explotación de petróleo en Vaca Muerta no es rentable por sus altos costos. Los números actuales de YPF desacreditan esas versiones. E incluso van más allá: con estos precios del barril, es más negocio extraer shale oil (petróleo no convencional) que seguir perforando en campos convencionales. En dólares, la tasa interna de retorno (TIR) –un indicador para medir la rentabilidad de un proyecto- de una nueva perforación en Loma Campana ronda el 19%, un nivel aceptable en la depreciada industria global del petróleo. De hecho, la inversión de YPF en cada pozo horizontal en Vaca Muerta, que hoy promedia los US$ 8,1 millones, se repaga en tres años.
Darré precisó que el break even (punto de equilibrio) de Loma Campana, que produce cerca de 5000 metros cúbicos diarios de shale oil y se convirtió en el mayor campo petrolífero de YPF en el país, es inferior a los US$ 40 por barril. En los campos de Rincón de los Sauces, al norte de Neuquén, o Santa Cruz, ese indicador supera los 50 dólares. Con ese mar de fondo, el CEO de YPF no descartó desinvertir –a través de una venta parcial o total- su participación en yacimientos maduros para financiar la explotación de Vaca Muerta. Ante una consulta de EconoJournal, reconoció que “YPF tiene costos adicionales, de I+D (investigación y desarrollo) por ejemplo, que otras compañías no tienen. Tal vez, una petrolera con menor escala logre bajar un 15% los costos de explotación de ese tipo de campos”, indicó. “Tenemos que acelerar el desarrollo de Vaca Muerta”, agregó.