Marcelo Rucci se convirtió ayer oficialmente en el reemplazante de Guillermo Pereyra al frente del sindicato de petroleros privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa, el más numeroso del país. El ex intendente de Rincón de los Sauces edificó una contundente victoria: consiguió el 86% de los votos en las elecciones realizadas ayer, por encima de las proyecciones que barajaban algunos directivos de la industria petrolera, que esperaban que la lista Verde, encabezada por el opositor Walter Zozaya, tuviera una representación electoral mayor de la que finalmente obtuvo (registró un 12% de los votos).
El triunfo de Rucci funciona como un punto de quiebre en la conducción del gremio petrolero que interviene sobre la producción de hidrocarburos en Vaca Muerta. El estilo de moderación y pro-sistémico que representaba Pereyra, que lideró la organización durante 38 años, está terminado, coinciden la mayoría de los directivos petroleros consultados en las últimas horas por EconoJournal. El de Rucci será un liderazgo distinto, más belicoso, al menos en una primera etapa.
A diferencia de Pereyra, que en los últimos años capitalizó su centralidad dentro del sindicalismo petrolero sobre la base de una buena interlocución con diferentes actores de la industria, Rucci aún no trazó esos canales de confianza con las empresas productoras, aunque sí con algunos empresarios neuquinos del sector de servicios como Claudio Urcera, titular de TSB. Sus modos, además, son otros. Como método de negociación, se siente más cómodo en la confrontación que en el diálogo.
Una incógnita a despejar
Salvo algunas pocas excepciones, el ex intendente de Rincón de los Sauces no tiene una relación aceitada con las petroleras que marcan el pulso de la cuenca Neuquina. Será tarea de YPF, el mayor jugador de la cuenca, Tecpetrol, Vista, Pluspetrol, Shell y Pampa, entre otras, establecer un vínculo más estable y con condiciones de borde nítidas. Hoy, esa interlocución probada con la industria no existe. “La relación de Rucci siempre es tosca, difícil. Habrá que trabajar para intentar generar una agenda con él que contribuya a su moderación, pero llevará tiempo”, reconoció el propietario de una de las principales empresas de servicios petroleros de la cuenca.
Habrá que ver también cómo se redefine la relación entre Rucci y Pereyra después de la inversión de roles. El de Rincón ahora como líder gremial y Pereyra como segundo. En la discusión interna, el ex senador se aseguró para sí el manejo de las dos principales cajas del sindicato petrolero: la obra social y la Mutual. Por lo que les comentó a sus íntimos, está lejos de retirarse. En declaraciones a medios periodísticos de Neuquén incluso dejó entrever que quiere volver a incursionar en la política provincial dentro del Movimiento Popular Neuquino (MPN).
“Si eso es así, cómo va a financiar una eventual campaña. En 2013, cuando llegó al Senado, lo hizo con la caja del gremio. ¿Rucci validará esa alternativa?”, se preguntó otro empresario del sector petrolero.
El trágico fallecimiento de Richard Dewey en un accidente automovilístico también incidió en la relación entre los dos referentes del sindicato neuquino. De alguna manera, Dewey, un dirigente formado por Pereyra con formas moderadas y buena interlocución con la industria, tamizaba la relación con Rucci. Controlaba, además, unos 125 delegados dentro de la estructura interna del sindicato. Su ausencia debilita a Pereyra, que perdió a un socio en la mesa de discusión del sindicato.