Algo falló en la planificación que realizó el departamento de Combustibles de Cammesa, la compañía que administra el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) y se encarga del despacho de las centrales termoeléctricas. Una vez más, al igual que en el primer semestre del año pasado, la empresa —que políticamente es controlada por directivos referenciados en el cristinismo— salió el miércoles a importar de urgencia 15 cargamentos de gasoil y fuel oil para reponer los stocks que se consumieron en las últimas dos semanas durante la ola de calor que aqueja al país. Incluso salió a consultar entre refinerías locales si no están en condiciones de ceder al parque de generación remanentes de gasoil en las próximas tres semanas.
Si las altas temperaturas no aflojan, la operación de las centrales térmicas podría llegar al límite. La urgencia del área de Combustibles de Cammesa queda en evidencia cuando se constatan los plazos de entrega de gasoil y fuel oil incluidos en los tenders (pliegos) que se publicaron el miércoles.
Lo habitual para favorecer la competencia es que el plazo oscile entre los 45 y los 60 días desde la fecha de presentación de ofertas (este martes 13 de diciembre). Pero, en esta oportunidad, para adquirir los primeros cargamentos de gasoil se otorgan solo 30 días de plazo.
La consecuencia directa es que habrá menor competencia en esa ventana, por lo que los precios que deberá costear el Estado serán más caros que si se hubiesen comprado con mayor antelación. En total, durante el mes de enero Cammesa salió a comprar 300.000 metros cúbicos (m3) de gasoil que no cumplen con el plazo mínimo que el mercado recomienda para favorecer la competencia.
Previsible
Durante el verano la planificación del consumo de combustibles líquidos de las usinas térmicas suele ser más sencillo que en el invierno porque la variable gas se mantiene relativamente estable. Es decir, a diferencia de los meses de frío, cuando el consumo de gas de los hogares varía fuertemente en función de la temperatura, durante el período estival la demanda residencial de gas es prácticamente inelástica. A su vez, este año Cammesa cuenta con la disponibilidad de importación de energía eléctrica desde Brasil, que complementa la generada por Yacyretá. De hecho, la semana pasada se trajeron desde ese país unos 1500 megawatt (MW) para cubrir el pico registrado en plena ola de calor, toda una rareza porque por lo general en diciembre Brasil no suele contar con saldos de energía para exportar hacia la Argentina.
Fuentes del área energética explicaron también que el parque termoeléctrico se vio afectado por la salida de planta de las tres centrales nucleares y por el menor envío de gas desde Bolivia (en las últimas dos semanas estuvo entregando casi 4 millones de m3/día de gas). En cuanto a la indisponibilidad de las plantas nucleares, la única estructural es Atucha 2, que permanecerá fuera de servicio hasta al menos mediados de 2023 por una falla operativa cuyo alcance aún se intenta determinar.
“Teniendo en cuenta esa previsibilidad en los consumos de combustibles líquidos, los consumos reales del mes de noviembre y la capacidad de almacenamiento contratada (fue ampliada previo al invierno pasado), Cammesa podría haber programado con mayor anticipación estas compras para ir llenando la capacidad de stock que fue quedando disponible durante el mes pasado”, explicó un técnico avezado en el despacho del sector eléctrico.
“La demora en realizar esa adquisición, que obedece a la impericia comercial, además de aumentar los costos del sistema eléctrico y la salida de divisas, puede poner en riesgo el normal abastecimiento del sistema”, agregó.