La ley de modificación del Impuesto a las Ganancias no tuvo en cuenta las particularidades de las tareas que realizan los trabajadores petroleros. Muchos de ellos, para alcanzar un salario de 150 mil pesos, tienen que cumplir turnos rotativos, atravesar desarraigos y superar las dificultades de las zonas en que ejercen su labor. Si a este esfuerzo extremo le sumamos la inflación y el arduo camino que debimos recorrer para alcanzar un acuerdo paritario, ya podemos hablar de una verdadera injusticia que está padeciendo el sector. Nosotros, como Federación Argentina Sindical del Petroleo, Gas y Biocombustibles (FASiPeGyBio), alertamos sobre esta omisión.
La inflación nos come a todos. Nos obliga a participar de una carrera loca sin importar los sacrificios que podamos hacer para alcanzarla. Si consideramos que para percibir salarios superiores a aquella cifra los refineros continúan desarrollando tareas en lugares complejos, inhóspitos, lejos de sus afectos y durante turnos rotativos, con el acostumbramiento que requiere esa forma de trabajar, podemos decir ya que los cambios al Impuesto a las Ganancias, al ignorar esta realidad, aumentarán esa larga serie de dificultades que deberán seguir cursando.
En concreto, la modificación no registró el esfuerzo extra que los petroleros llevan adelante para sortear las complejidades que encuentran a lo largo y más allá de su jornada. Porque, en definitiva, deben modificar su forma de vivir para cumplir con estas obligaciones.
Peor aun, los contratiempos se multiplicaron a partir del año pasado, desde el inicio de la pandemia de Covid-19. Desde entonces, mantuvieron sus tareas esenciales para que no haya desabastecimiento en el país y, sin embargo, se encontraron entre los más afectados, con salarios reducidos, paritarias atrasadas y sin vacunas.
Por eso, al no hallarse favorecidos por este “beneficio”, resulta difícil no pensar en un doble castigo que deben padecer. Ciertamente, la Ley no logra mejorar su poder adquisitivo, en contramano a su premisa. Un empujón que más de un millón de trabajadores y trabajadoras de otros rubros sí estarían aprovechando.
Si a este cambio que no contempla nuestros reclamos le agregamos las paritarias, recordando el arduo camino de medidas de fuerza que implicó alcanzar un acuerdo con las petroleras, podemos asegurar que la modificación en Ganancias, claramente, es un tren al que los trabajadores petroleros no subimos. Es un tren que nos pasó de largo, por lo que nos van a encontrar codo a codo, redoblando esfuerzos para hacerlo volver.