En la mecánica que eligió el gobierno para retirar los subsidios sobre las facturas de gas se coló una inconsistencia técnica que, en la práctica, tendrá un efecto insólito: en algunos casos, usuarios con menor consumo del hidrocarburo terminarán pagando una factura más cara que la de otros hogares con mayor demanda cuando debería ser exactamente a la inversa. La distorsión, que algunos definen como una anomalía, podría hacer temblar la estructura progresiva y la plataforma legal del nuevo esquema de segmentación anunciado por el gobierno.