El CEO de Transportadora Gas del Sur (TGS), Oscar Sardi, confirmó la semana pasada en Houston que la compañía definirá en las próximas semanas si finalmente avanza con la construcción de una planta de licuefacción de gas (LNG) en Bahía Blanca para aprovechar el potencial de Vaca Muerta. “Analizamos contar con una unidad flotante en pos de reducir los tiempos y costos para estar operativos en diciembre de 2025. Estamos evaluando ofertas que recibimos para la parte más importante de la planta, los módulos. Tomaremos la decisión de comprarlos a fines de octubre”, sostuvo el ejecutivo en el evento Vaca Muerta Shale Day, organizado en la ciudad de Texas por el IAPG.
La historia del proyecto
TGS firmó en septiembre de 2018 un Memorando de Entendimiento con la firma estadounidense Excelerate Energy LP para evaluar la viabilidad técnica y comercial de un proyecto de licuefacción en Bahía Blanca. A mediados de 2019 Gabriela Aguilar, CEO de Excelerate, confirmó a EconoJournal que avanzar con una planta escalable con un primer módulo de licuefacción con capacidad para 4 millones de metros cúbicos por día. En ese momento ambas empresas habían adelantado que la decisión de avanzar con la construcción se tomaría a comienzos de 2020, pero la pandemia demoró todo.
Pese al freno que registró la actividad, la iniciativa no se descartó y quedó en stand by hasta que ahora volvió a reflotarse de la mano del aumento sostenido de la producción de Vaca Muerta y la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner que garantizará capacidad de transporte para ese gas. Fuentes al tanto de la iniciativa se mostraron optimistas acerca de la viabilidad del proyecto. Indicaron incluso que Excelerate Energía podría no sólo ser el offtaker del LNG que se produzca en Bahía Blanca, sino también acercar líneas de crédito para financiar la inversión, que en una primera etapa podría superar los US$ 400 millones.
El diseño
El diseño original de la planta contempla un módulo para el licuado de hasta un millón de toneladas por año, equivalente a 4 millones de metros cúbicos de gas natural por día.
La intención de las empresas es construir ese primer módulo en un plazo de 2 años, combinando la planta licuefactora en tierra y el almacenamiento en una embarcación. El proyecto contempla que el desarrollo sea escalable en la medida en que haya producción de gas y capacidad de transporte, pudiendo sumar hasta cuatro módulos para procesar en conjunto un máximo de 16 millones de metros cúbicos de gas natural por día. No obstante, todos estos puntos se están revisando en estos días para ver si finalmente se decide avanzar con la construcción de la planta.
Oportunidad
Pampa Energía, principal accionista de TGS, ve el proyecto como una oportunidad para hacer sinergia con su producción de gas generando demanda en los meses estivales, ya que le permite aplanar la curva de producción de los yacimientos que la compañía tiene en Neuquén, tanto de shale como tigh gas.
El proyecto está pensando para atender la demanda contra-estacional. Durante los meses de verano, cuando la demanda local baja, se podría colocar el gas excedente en el mercado de Japón, China y Estados Unidos.
Para que el plan funcione tiene que haber un offtaker, alguien que tome ese LNG a través de un contrato de largo plazo. Excelerate Energy, que en Brasil despliega un rol comercial mucho más amplio que en la Argentina, tranquilamente podría jugar ese rol clave, ya que tiene la expertise necesaria para lograr que esas dos puntas de la cadena (productores y compradores) se encuentren.