La petrolera YPF incrementó casi 6 puntos su participación en la venta de gasoil durante el último año. Según las cifras oficiales de septiembre, en apenas doce meses pasó de concentrar el 55,9 al 61,8 por ciento del mercado. La expansión se explica por la quiebra de Oil Combustibles y la decisión de la compañía controlada por el Estado Nacional de asegurar el abastecimiento interno en el escenario adverso que provocó la devaluación. A su vez, el último fin de semana YPF aumentó el gasoil común 3,7% y el premium 3,5%, mientras que Shell y Axion remarcaron hasta un 7% ambas variedades. Por lo tanto, es probable que esta situación la lleve a seguir ampliando su porción de mercado.
YPF redujo en septiembre, último dato disponible, sus ventas de gasoil un 0,5% interanual. Pese a ello, incrementó su participación por la mayor contracción que experimentó su competencia. Las ventas de Shell cayeron en el mismo período 17,7%, lo que la llevó a reducir su porción de 14,4 a 13,1%, las de Axion retrocedieron 10,1%, aunque mantuvo su participación de mercado en 15,4%, mientras que Oil Combustibles, que había concentrado un 4,9% del mercado de gasoil en septiembre de 2017, quebró en mayo.
Al analizar el desempeño por segmento se observa que YPF registró una caída de 2,5% en las ventas de gasoil común, pero Shell se derrumbó un 20,6% y Axion un 9,9%, mientras que en la variedad premium YPF aumentó sus ventas 6% frente a una caída de 11,7% de Shell y de 10,6% de Axion. El gasoil premium es importado y luego de la devaluación las petroleras lo comercializan a perdida en el mercado interno. Por lo tanto, queda claro que la decisión de incrementar las ventas de ese fluido no responde a un interés económico, lo que evidencia la importancia de una compañía estatal orientada a garantizar el abastecimiento interno para evitar un conflicto político en un contexto difícil.
El ex ministro de Energía, Juan José Aranguren, consideraba a YPF como una empresa más del mercado y había diseñado una estrategia destinada a quitarle participación en el sector. En enero de este año, cuando todavía era funcionario, aseguró que la oficina antimonopolio estaba investigando una supuesta cartelización en la venta de combustibles (acuerdo de precios entre competidores) y sostuvo que era difícil lograr mayor competencia en un mercado donde YPF concentraba más del 55% del mercado. “Si hubiese sido por mí, yo habría privatizado YPF en dos partes, una con la refinería de La Plata y otra con la de Luján de Cuyo, como se hizo con Entel, y luego lograr que compitan entre ellas”, aseguró.
Aranguren no intentó privatizar YPF, pero hizo lo posible para reducir su importancia al incentivar el ingreso de traders -empresas intermediarias sin capacidad de refinación en el país- que desafiaron a las petroleras tradicionales. Por ejemplo, en 2016 la holandesa Trafigura compró la marca PUMA e importó 68.300 metros cúbicos de gasoil y nafta para comercializar en el país, mientras que el año pasado elevó esa cifra a 184.840 metros cúbicos. En mayo de este año compró 250 estaciones de Pampa Energía y la refinería Ricardo Eliçabe de Bahía Blanca, pero, cuando la situación económica se complicó, paralizó la planta y amenazó con despedir a 200 trabajadores para luego terminar negociando retiros voluntarios. En lo que va de 2018 incrementó la importación, pero porque sumó la red de estaciones de Pampa.
La firma prácticamente desconocida “Petroil, Petróleo y derivados” fue otra de las que aprovechó el nuevo escenario que diseñó Aranguren para comenzar a importar combustible al mercado local. En 2016 trajo 23.067 metros cúbicos de gasoil premium y el año pasado elevó esa cifra a 64.861 metros cúbicos. Pese a la suba del dólar, este año igual continuó importando y entre enero y septiembre trajo 87.119 metros cúbicos. En el sector dan por descontado que no lo hace a pérdida. Por lo tanto, se especula que comercia directamente con grandes clientes que necesitan asegurarse el gasoil y están dispuestos incluso a pagar la paridad de importación.
En este escenario, YPF mantuvo abastecida su red de estaciones de servicio y eso le bastó para crecer en el mercado de gasoil. Además, el fin de semana decidió ajustar los precios por debajo de lo que lo hizo la competencia por lo que se espera una mayor presión de la demanda. En la Ciudad de Buenos Aires, la petrolera controlada por el Estado Nacional vende el gasoil común un 8,3% menos que Shell y un 4,4% menos que Axion, mientras que el gasoil premium está un 6,1% más barato que Shell y 5,3% por debajo de Axion. A su vez, en lo que va del año incrementó el precio del diésel común un 68,8% y la variedad premium un 65,9%, mientras que Shell ajustó este fluido hasta un 81,7% y Axion hasta un 81,5%.
En el mercado de naftas YPF también ganó participación en el último año, pero en menor medida al pasar del 54,5% en septiembre del año pasado a 56,7% un año después.