Casi seis meses después de que se aprobara formalmente el cambio de manos en Edenor —en junio el gobierno validó el ingreso del grupo Vila-Manzano-Filiberti en lugar de Pampa Energía—, un grupo empresario local inició gestiones con la intención de adquirir el paquete mayoritario de Edesur, la otra gran distribuidora eléctrica del país, que está en mano de la Italiana Enel. Se trata de la empresa Enercana, que tiene como CEO a Osvaldo Sortino, un empresario con experiencia en el negocio petrolero: tiene presencia en el segmento de servicios petroleros en Sudamérica y también de operación de campos petrolíferos y fue socio del ex banquero Raúl Moneta en algunos proyectos en el upstream de hidrocarburos en Neuquén.
Sortino lideró las primeras gestiones en Milán en representación de un consorcio integrado también por otros empresarios argentinos. Consultado por EconoJournal, Sortino confirmó las conversaciones con en Italia, pero evitó precisar el nombre de sus socios en el proyecto. Desde Edesur, sin embargo, descartaron esa versión y negaron cualquier contacto con la primera plana de Enel en Italia.
Sortinó indicó que Enercana, que en rigor es una subsidiaria de Enercana Capital Corp, una compañía creada en Calgary (Canadá), el corazón petrolero de ese país, contrató en octubre el servicio de una consultora internacional con sede en Milán a fin de consolidar el interés por la compra del paquete accionario de Enel en Edesur, que opera una red con más de 2,5 millones de usuarios en la Ciudad de Buenos Aires y el Conurbano.
Sortino ya entabló un primer contacto con el equipo que lidera Alberto Di Paoli, CFO de Enel a nivel global, para evaluar la voluntad de la empresa italiana de evaluar una desinversión en Edesur, que también tiene accionistas locales (el empresario Nicolás Caputo y socios de Central Puerto como Guillermo Reca y Enrique Escasany, entre otros).
Respaldo político
Fuentes al tanto de la operación señalaron que el gobierno de Alberto Fernández está informado sobre las gestiones. Incluso agregaron que el tema surgió de manera lateral durante el encuentro que el Presidente tuvo en Roma a fines de octubre con su par italiano Mario Draghi. Fue en la primera parada de la gira presidencial en Europa para participar de G20 y de la COP26 en Glasgow (Escocia). Aún así, admitieron que las gestiones en Italia son incipientes y que aún no existe ninguna carta oferta presentada.
No es la primera vez que un grupo local tiene intenciones de quedarse con Edesur. Y al igual que en el pasado, no será sencillo que las negociaciones prosperen. Las constantes devaluaciones de la moneda y la alta inflación jaquean el negocio de las empresas reguladas de servicios. Por eso, es complejo que compradores y vendedores se pongan de acuerdo en un valor de transacción.
Negocio en rojo
Con tarifas prácticamente congeladas (en los dos últimos años sólo aumentaron un 9% contra una inflación superior al 80% en el período), Edesur atraviesa una situación económica delicada que quedó reflejada en el balance trimestral que la compañía presentó a fines de octubre.
En la los primeros nueve meses del año, Edesur acumuló una perdida neta de $14.836 millones, lo cual representa un incremento del 180% contra los $ 5.326 millones que perdió en igual período del 2020. Es decir, entre enero y septiembre pasado, Edesur registró un rojo mensual de $ 1.648 millones.
La empresa debe además financiar costos de obras y mantenimiento que no dejan de aumentar, así como los gastos de materiales, contratos con terceros y las subas salariales pactadas con el gremio del sector.
En este marco, los ingresos de Edesur durante los primeros nueve meses del 2021 cayeron un 20%, pasando de los $ 70.000 millones del año pasado a lo $ 55.776 millones del actual período. “El panorama es similar para todas las empresas reguladas de servicios de gas y electricidad. Edesur no es la excepción. Edenor también tiene números en rojo”, analizó un consultor del sector.