“Los precios en los surtidores no aumentan desde mayo. Esperar 30 días más no cambia la ecuación. Tenemos que mirar la película y no la foto. Te diría que en materia de precios, el año está terminado”, admitió ayer a la noche un importante directivo de una de las principales empresas refinadoras del país. Reconocía, con sinceridad, el escasísimo margen político que tendrán las petroleras —con YPF a la cabeza— para aumentar el valor de los combustibles en los últimos 45 días del año después de las elecciones legislativas del 14 de noviembre.
La brecha entre el precio internacional de los derivados del petróleo y el importe doméstico de los combustibles se disparó con la fuerte subida del Brent, la cotización del crudo que se extrae en el Mar del Norte, que se ubica desde hace semanas por encima de los 85 dólares. El atraso en los surtidores locales oscila en torno al 22/23%, coincidieron en dos empresas refinadoras.
Sin embargo, aunque existía en esa dirección un compromiso previo de funcionarios de Economía con YPF, la empresa controlada por el Estado y a su vez el mayor jugador del mercado (vende casi 6 de cada 10 litros de combustibles que se comercializan en el país), ejecutivos de las petroleras empiezan a admitir que frente al congelamiento por 90 días del precio de los alimentos que impuso el gobierno, será muy complejo poder recomponer el precio de las naftas en lo que queda de 2021. Además, pese a la fuerte suba de la cotización internacional, la secretaría de Energía ni siquiera convocó a las empresas para analizar el cambio de escenario.
Todo esto hace suponer la consolidación de un marcado atraso del precio los combustibles, no sólo en comparación con la canasta de productos importados, sino también frente a la inflación. Las naftas y gasoil aumentaron un 26% en los primeros cinco meses del año. Desde entonces, están congelados. Si no hay cambios en noviembre y diciembre, los combustibles terminarán aumentando en torno a la mitad de la variación anual del IPC proyectada por los consultores económicos. Habrá que ver, en el contexto actual, cuánto se erosiona en los próximos meses la cadena de suministro de combustibles.
Precio del crudo
Pese a eso, aunque las pizarras de los surtidores se mantienen congeladas, en las últimas semanas el precio del petróleo en el mercado interno empezó a recuperarse por presión de los productores, que intentan no quedar desfasados de la tendencia alcista que se vive a nivel internacional. El crudo Medanito, que se produce en la cuenca Neuquina, que se comercializada hasta septiembre en la banda de los 53/55 dólares, se llegará a vender en noviembre, en algunos casos marginales, a 60 dólares, según un relevamiento realizado ayer por EconoJournal entre empresas productoras no integradas y refinadoras.
El precio del Medanito para noviembre se moverá en la banda de los 56 y 60 dólares. “Los refinadores empezaron a ofrecer un cup por barril sobre una base de 55 dólares, a fin de seguir la tendencia al alza que registra el Brent”, explicó el gerente comercial de una productora. La consecuencia inmediata de esa suba del precio interno será un descenso del margen de refinación de crudo.
“Hay que mirar la película de los últimos 12 meses, que no fueron tan negativos porque en el primer semestre el margen de las refinadoras fue mucho más competitivo. La discusión importante es qué hacemos en 2022, pero para buscar esa agenda hay que esperar a que pasen las elecciones”, indicó el director de Operaciones de una refinadora.