La Agencia Internacional de la Energía publicó un análisis sobre la liberalización del mercado del gas natural en la Unión Europea. Según el trabajo, la reforma redujo las facturas de gas en el bloque regional durante la última década, pero también significó una mayor exposición a los recientes aumentos en el precio del gas importado. El análisis señala que la Unión Europea ha ahorrado US$ 70.000 millones en costos de importación de gas natural gracias a la liberalización y los precios en el mercado spot entre 2010 y 2020. Pero debido a la actual escasez de gas y la consecuente suba de los precios en el spot de referencia en Europa (el Dutch TTF), la agencia estima que los países que integran la Unión Europea pagarán por el gas en 2021 alrededor de US$ 30.000 millones de más que si hubieran mantenido sus contratos de importación indexados al precio del petróleo.
“Si bien la liberalización ha significado una mayor exposición europea a los recientes aumentos en el precio del gas importado, también ha reducido las facturas del gas durante la última década. Y la mayor flexibilidad que proporciona será esencial a medida que el continente haga la transición hacia una mayor dependencia de las fuentes de energía renovables, que son más limpias pero cuya producción es más variable”, evalúa el análisis.
Contratos indexados y al contado
El análisis publicado por la AIE describe los cambios en la formación de los precios del gas con la liberalización del mercado. Los precios pasaron de estar determinados por contratos a largo plazo vinculados al precio del petróleo a reflejar la competencia por el gas entre múltiples vendedores y compradores en los mercados al contado o “spot”.
Los contratos de importación de gas a largo plazo vinculados al precio del petróleo (un sistema conocido como indexación del petróleo) primaron en la formación de los precios del gas natural en la Unión Europea hasta antes de la década del 2000. Los precios del gas seguían las tendencias del precio del petróleo, proporcionando un precio de referencia relativamente estable que sustentaba inversiones a gran escala en proyectos upstream, gasoductos de transporte y terminales de GNL. Pero los precios del gas no reflejaban la oferta y la demanda del mercado del gas en sí, por lo que los compradores de la Unión Europea no podían aprovechar los períodos de suministro a menor costo.
La suba récord de los precios suscitó este año dudas sobre la liberalización del mercado de gas natural y su movimiento gradual hacia permitir que las transacciones del mercado en tiempo real establezcan los precios en lugar de contratos a largo plazo. Pero el análisis concluye que el ahorro acumulado en la última década es mayor que los gastos por importación proyectados para este año.
“Estimamos que los países de la Unión Europea pagarán alrededor de US$ 30 mil millones más por el gas natural en 2021 que si se hubieran quedado con la indexación del petróleo. Sin embargo, en el agregado, la transición gradual a la competencia de ‘gas contra gas’, que aumentó su participación en las importaciones totales de gas del 30% en 2010 a más del 80% en 2020, ha ahorrado aproximadamente US$ 70 mil millones en facturas de importación de gas acumulativamente durante la última década”, señala la publicación.
Flexibilidad
Respecto de los precios actuales, el análisis describe que los altos precios de hoy son un reflejo del valor del gas como una fuente de energía flexible capaz de satisfacer los picos de demanda tanto a corto plazo como estacionales. También da cuenta de la creciente importancia de las importaciones de gas en la Unión Europea en el mediano plazo y en un contexto de políticas de transición energética.
El World Energy Outlook 2021 de la agencia incluye un escenario que muestra cómo podría desarrollarse el sistema energético en función de la configuración de las políticas anunciadas. En ese escenario, la demanda de gas de la U.E. se reduce en alrededor de 10 mil millones de metros cúbicos entre 2020 y 2030. Pero la producción europea cae a una tasa más rápida durante el mismo período, disminuyendo a un nivel 30% más bajo que en 2020. Como resultado, las importaciones de GNL y gasoductos crecen para cubrir la brecha de suministro.
Si bien se proyecta una disminución de la demanda general de gas, el suministro flexible de gas sigue siendo esencial durante la próxima década y especialmente en el sector de la energía. “El modelo detallado de energía por hora muestra que, aunque el uso de gas para la generación de energía anualmente es un 10% menor en 2030 en comparación con 2020, la demanda máxima semanal es un 15% más alta. Esto se debe a que la generación de energía a gas juega un papel mucho más importante para ayudar a equilibrar las fuentes de generación renovables variables como la solar y la eólica”, dice el análisis.
2 Responses
la unión europea viene cometiendo enormes errores en su política energética, que llega al absurdo. Y ahora están pagando esos errores.
Y la irresponsabilidad de IEA en esta materia es un gran contribuyente a este enorme daño auto infligido. Birol dice que Rusia debe inyectar más gas, al mimo tiempo que asegura que hay que dejar de invertir en il el año que viene y en gas en 2026.