El presidente Mauricio Macri tocó la fibra que el gobernador Omar Gutiérrez necesitaba para reimpulsar la campaña de su partido, el Movimiento Popular Neuquino, tras un resultado adverso en las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO). En la necesidad de tomar medidas que alivien el bolsillo de los argentinos frente a la crisis económica y la última devaluación, el gobierno nacional echó mano de Vaca Muerta y le dio aire al senador Guillermo Pereyra para pelear el próximo round electoral.
“Hoy los trabajadores vemos el error de no haber sabido votar”, resumió el martes el dirigente del sindicato de Petroleros Privados, Ricardo Dewey, frente a una asamblea multitudinaria que el gremio convocó en su camping de Neuquén para discutir el escenario tras el decreto de necesidad y urgencia que dispuso el congelamiento de combustibles por 90 días. El sermón vino con la advertencia de “ser responsables” y “hacer las cosas como corresponde” para que el legislador y secretario general del sindicato renueve su banca en la Cámara Alta en las elecciones del 27 de octubre.
Los resultados definitivos confirmaron para Pereyra 70.362 votos a los que podrían sumarse 8.976 que obtuvo su competidor en la interna del partido, Hugo Rauque. Con esa cuenta, quedó a unos 14.000 votos de diferencia del intendente de Neuquén, el radical Horacio Quiroga, quien posicionó a Juntos por el Cambio en segundo lugar con 93.041 votos en las PASO.
En el MPN piensan que la caída en la imagen del gobierno nacional tras la contundente derrota a manos del candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández, “rompió la polarización” y estiman que eso subirá las chances de que una tercera fuerza como el partido provincial pueda quedar segunda, aún con su boleta corta.
Gutiérrez, que se comportó como un aliado de Macri durante los tres años y medio de gestión, pasó esta semana a la ofensiva con la presentación de una acción de inconstitucionalidad del decreto de congelamiento ante la Corte Suprema de Justicia por la pérdida de 1.800 millones de pesos en regalías y hasta se dio el gusto de participar de la reunión de gobernadores peronistas en el Consejo Federal de Inversiones, donde se firmó un documento crítico de las medidas económicas adoptadas por el presidente tras las elecciones.
Hasta la semana pasada, la posición del gobernador neuquino había sido más cauta. El miércoles a la mañana, mientras el país decidía si aceptaba las disculpas del presidente y se enteraba del paquete de medidas anunciado para morigerar los efectos de la crisis, Gutiérrez lanzaba la séptima fecha del Rally Argentino Direct TV desde la sede del Banco Provincia de Neuquén. Fue en vano insistir en una declaración política sobre el congelamiento de combustibles anunciado: el mandatario hizo llamados, envió mensajes de texto, pidió off the record y finalmente se fue sin opinar. Todavía no estaba claro cómo se aplicaría la medida y si era cierto que estaría atada a un congelamiento del precio del barril de petróleo y a un tipo de cambio anterior al proceso de devaluación que sobrevino a las PASO.
Por la tarde, adoptó posición. “Rechazamos cualquier medida que pueda afectar el desarrollo y crecimiento de Neuquén”, afirmó a los medios locales, a los que luego les aseguró que había logrado frenar el decreto tras un llamado a los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne, y del Interior, Rogelio Frigerio.
Gutiérrez envió a Buenos Aires a su funcionario de Energía, Alejandro Monteiro, y se fue a recorrer Los Catutos, que estaba de aniversario, Covunco y Bajada del Agrio en el interior provincial.
El fracaso de la instancia de negociación endureció la postura neuquina y le dio al MPN una agenda tangible para las generales de octubre, luego de apelar a una suerte de campaña del miedo en la instancia de las PASO acusando a los partidos centrales de querer “nacionalizar Vaca Muerta”.
“Hay oportunidades hacia adelante para Guillermo”, opinó esta semana un operador del partido que reconoció que el cambio de escenario puede colaborar en rescatar al MPN del tercer lugar en octubre.
Es que la medida generó tal malestar en la provincia que ni el propio candidato a senador de Juntos por el Cambio pudo evitar despegarse de la decisión presidencial. Horacio Quiroga se mostró, como el MPN, a favor de congelar el precio en los surtidores, pero cuestionó que sea “a costa de los recursos neuquinos”. En el escrito que publicó en sus redes sociales acusó con nombre y apellido al secretario de Energía de la Nación, Gustavo Lopetegui, de hacerle “tomar medidas al presidente Macri sin tener en claro los efectos que provocarán” aunque acusó también al oficialismo provincial de montar una “puesta en escena”.
Si bien Pereyra anunció la suspensión temporal de su campaña para “abocarse a la actividad gremial”, en la asamblea que convocó esta semana el sindicato petrolero para declarar el estado de alerta ante la aplicación del DNU y la baja de equipos de las empresas Vista Oil&Gas y Tecpetrol, los discursos de los dirigentes redundaron en la necesidad de que los afiliados “voten bien”. No fue como reprimenda del presidente Macri al electorado el día después de las PASO, aunque sí insistieron en tomar nota de “la importancia de tener a un dirigente como Guillermo Pereyra con lo que tiene que tener para ser senador y secretario general”.
“No supimos hacerlo en el momento de ir a las urnas. Sepamos transmitirlo, vayamos al campo, seamos responsables y no nos quedemos en la casa mirándonos si no supimos ganar la elección. No busquemos excusas porque si no, no vamos a llegar a ningún lado”, fue la arenga de Dewey, uno de los dirigentes que ocupa la línea sucesoria del sindicato, para convencer a los asambleístas del voto al actual senador.
Pereyra añadió otro condimento: el lunes se reunirá en Neuquén con las cámaras empresarias del sector para anticiparles un pedido de aumento salarial “de emergencia” que recupere la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores tras la devaluación post PASO.