“Nuestra intención es crecer con un plan muy agresivo. Para eso necesitamos triplicar la producción en los próximos tres años hasta llegar a las 120.000 toneladas (Tn)”, declaró Hersen Porta, Head of Brine Operations & Technology de Allkem Limited durante su exposición en el 12° Seminario de Litio en Sudamérica. “El mercado se amplía tanto que si no crecemos al mismo nivel en capacidad para abastecer vamos a estar cayendo”, explicó.
En lo que respecta al abastecimiento de la demanda a nivel nacional, Porta consideró que “la Argentina se va a convertir en el tercer proveedor de litio en los próximos años. Esto tiene que ver con la cantidad de proyectos y con la calidad de salmuera que tenemos, la cual es muy superior a las de otras regiones”.
En cuanto al contexto global, el directivo aseguró que la demanda la tracciona la descarbonización por la fuerza de la industria, pero también por las políticas públicas. “En muchos países están otorgando beneficios e incentivos para el desarrollo de la industria vehicular y de las baterías. En general los analistas subestimaron la demanda. Eso tiene que ver con que ha habido una mayor electrificación de la esperada”, expuso antes de anticipar que esta tendencia a la electrificación va a predominar durante los próximos años.
Allkem viene de firmar un acuerdo con la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) por 180 millones de dólares para desarrollar una planta de salmuera de litio grado batería en su proyecto Sal de Vida. “Este convenio nos impondrá estándares de alta exigencia tanto en lo que refiere a la protección ambiental como a la interacción social de nuestros proyectos. Es necesario trabajar con parámetros ambientales exigentes y en un plan de reconversión de energía que esté en línea con la baja de emisión de carbono. Se trata de un gran desafío para quienes trabajan en zonas remotas a 4.000 metros de altura donde difícilmente llegue una red de energía eléctrica”, explicó.
Proyectos con demora
Porta habló acerca de los motivos que retrasan la ejecución de proyectos litíferos en la Argentina. “Hubo muchos factores que impactaron en la demora, además de los permisos ambientales y la logística. Es una industria nueva, y las autoridades y empresas trabajan juntas en la regulación del litio, pero ha habido una pandemia de por medio. No hay dudas de que ese período específico tuvo un impacto en el desarrollo de las iniciativas”, aseguró. Si se compara la ingeniería de un proyecto de litio con la de uno de petróleo, señaló, se ve de manera clara que el primero requiere de mucho más esfuerzo. “La ejecución no es en una zona metropolitana, es a 4.000 metros de altura en zonas remotas. Además, hay una búsqueda de evolución industrial, en relación con el desarrollo químico de la salmuera, lo que conlleva a subestimar los tiempos requeridos para poder llevar eso a la capacidad de diseño”, sostuvo.
Aun así, el ejecutivo confirmó que en la Argentina hay muchísimos proyectos que se van a concluir. “Nos beneficia estar en una industria que crece y que tiene el desafío de poder llegar a tiempo para cubrir la demanda. La oportunidad es en los próximos dos o tres años para quienes consigan tener el volumen y la escala apropiada”, vaticinó.
Una oportunidad minera
El litio representa una oportunidad económica para el país y para la región. A decir de Porta, el hecho de ser una industria con base en minería, no significa que se produzca un commodity porque difícilmente se hallará en el mercado una especificación para el carbonato grado batería o dióxido grado batería. “El mercado va a demandar un producto que tiene que cumplir un desempeño. Tener una batería con una alta densidad de energía y de carga es ir por baterías no tradicionales o baterías con alto contenido de níquel”, aseguró.
Tal como indicó, una sal de litio que resista la temperatura a la que se tiene que hacer esa síntesis, que es más baja a la que se hace con carbonato, oxida al níquel. “El dióxido aporta esa ventaja, además de que tiene una mejor calidad de batería y permite producir sin riesgos de oxidación del níquel. Por eso el hidróxido es una oportunidad. Si tengo el carbonato y el dióxido, ya tengo medio camino andado”, puntualizó, además de acotar que el periodo de vida de las sales no es tan largo, lo que reivindica la importancia de estar cerca de la fuente de consumo.
En cuanto al carbonato, Porta recordó que las baterías Full Power (FP) son más económicas en el punto de vista costo-beneficio. “Todo depende de la estrategia que la industria automotriz defina. Las baterías FP van a seguir siendo fundamentales, por lo que nuestro carbonato va a tener una oportunidad de mercado en China o en India, sin duda”, estimó.
Para finalizar, con respecto a la posibilidad de una extracción directa de litio, sostuvo que hay un largo camino por recorrer. “Para que sea una tecnología disruptiva se necesita mejorar lo que son los ratios de consumo y lo que es la disposición final de la salmuera”, concluyó.