Es una historia repetida. Se configura, con diferentes bemoles, cada vez que el precio interno del petróleo se atrasa demasiado con relación al internacional. En esa clave, el Brent —la principal referencia del barril en el mundo occidental— orilló el viernes los 80 dólares. Es, junto con la suba explosiva del gas natural licuado (LNG), uno de los emergentes del escenario de precios al alza que se registró en las últimas semanas.
El aumento del precio internacional empezó a resquebrajar el congelamiento de los combustibles que estableció el gobierno para el segundo semestre del año. La última suba en los surtidores se registró en mayo y no se prevén cambios hasta que pasen las elecciones legislativas del 14 de noviembre. Sin embargo, en el canal mayorista sí se sintió el impacto de la suba del Brent y de derivados del petróleo. El precio del gasoil que compra el agro y empresas industriales venía aumentando en los últimos tres meses, pero en septiembre se incrementó casi un 10 por ciento.
Con un dato sobresaliente: después de mucho tiempo, el precio del gasoil mayorista superó en muchas regiones al del gasoil que consumen los automovilistas particulares en las estaciones de servicio. Después de las subas consecutivas de marzo, abril y mayo, el precio del gasoil en el mercado minorista llegó a ser hasta un 18% más caro que el mayorista. Esa diferencia se fue puliendo en los últimos meses. Y se dio vuelta definitivamente a partir del 1º de octubre, cuando las petroleras informaron sus nuevos precios de venta para sus clientes industriales.
Nueva dinámica
El quiebre está a la vista: como no pueden aumentar sus precios en el retail porque la negativa de YPF —la petrolera controlada por el gobierno, que lidera el mercado con una participación superior al 55%— funciona, en la práctica, como un dique de contención, el resto de las refinadoras —Axion Energy, Raízen, Puma (Trafigura), Gulf, Dapsa y Voy, entre otras— empezaron a trasladar el margen del negocio al canal mayorista.
- ¿Cuál fue la consecuencia de ese quiebre en la dinámica de precios dentro del mercado de combustibles?
Varias refinadoras empezaron a cuotificar la asignación de combustibles para su red de estaciones de servicio. Eso significa que las estaciones de bandera que no son propiedad de las petroleras (pertenecen a terceros) no podrán solicitar un cupo superior de gasoil que el que vendieron el mes pasado. Con esta medida, las refinadoras buscan evitar dos cuestiones: primero, que los estacioneros sobre-almacenen combustible a la espera de que el precio del gasoil siga subiendo. Y, segundo, que revendan gasoil a clientes en el mercado del agro y también a industrias.
¿Mangueras cruzadas?
En la medida que sea más negocio comercializar gasoil en el segmento mayorista, que representa entre un 20% y un 30% de las ventas totales de las refinadoras, es probable que se empiecen a ver mangueras cruzadas en las estaciones de servicio.
“No es que vaya a faltar gasoil en el corto plazo. Pero el mercado siempre trata de encontrar los mecanismos para direccionar producto hacia los segmentos que defiendan margen. Si vender gasoil a precio congelado en las estaciones no es negocio, las petroleras y estacioneros van a competir para quedarse con los clientes en el mercado mayorista”, analizó el gerente comercial de una petrolera.
Nadie espera que haya algún cambio en la política de precios de YPF hasta después de los comicios. La discusión de fondo quedará, entonces, para el último bimestre del año.