Casi por inercia, el área energética del gobierno está ingresando en modo “aguantar”. El trazo grueso del sector no hizo más que escorarse en los últimos 18 meses: los subsidios cerrarán este año cerca de los US$ 8500 millones; un 35% más que en 2020; y el arrastre aguas abajo provocado por el atraso de las tarifas eléctricas que dispuso el gobierno de Alberto Fernández ya generó un rojo de más de $ 200.000 millones de las distribuidoras eléctricas. Habrá que ver que decisión toma el Frente de Todos con relación a las tarifas para el año que viene.
Lo que queda, en el mientras tanto, es tratar de ir gestionando esa curva decreciente para ralentizar la caída. En esa clave, la Subsecretaría de Energía Eléctrica, que dirige Federico Basualdo, envió a todas las generadoras eléctricas —un segmento encabezada por Pampa Energía, Central Puerto, Enel, AES, Genneia y Albanesi, entre otras— un pedido de información detallada de la estructura de costos de las empresas. El archivo en formato Excel fue enviado el 24 de agosto desde Cammesa, la compañía que administra el mercado eléctrico que desde hace algunas semanas es conducida por Sebastián Bonetto, un ex asesor de Roberto Baratta en el Ministerio de Planificación. Lleva el título “Solicitud de Información Generadores MEM (costos)».
EconoJournal accedió a ese documento que deberá ser completado por todas las generadoras eléctricas y entregado durante los próximos días. El archivo contiene 24 columnas, cada una asignada a un requerimiento diferente de información. Y está estructurado en seis grandes subgrupos: valores físicos; mano de obra (cantidad); mano de obra; gestión, operación y mantenimiento; gastos financieros y costos adicionales MEM; y capital.
Requerimientos
La planilla fue diseñada por el equipo de Basualdo, integrado por Mariela Kostemblum, Valeria Martofel y Gastón Leydet, entre otros. El subsecretario, que a principios de mayo estuvo a punto de dejar su cargo tras un enfrentamiento con el ministro de Economía, Martín Guzmán, se consolidó en estos meses como el funcionario que marca el rumbo del sector eléctrico. Cerca de Darío Martínez incluso admiten que el neuquino sólo se limita a firmar las resoluciones o notas que preparan en la Subsecretaría.
Entre los conceptos que busca relevar el gobierno figuran cuántos empleados (fijos y temporales) tiene cada empresa; cuánto gastan los privados en remuneraciones y cargas sociales (en pesos por año); a cuánto ascienden los costos de administración y generales y también los de comercialización; cuánto paga en materiales, mantenimientos y servicios cada central de generación; seguros; costos de transporte; depreciaciones e inversión (capex) anual.
¿Cuál es el objetivo que persigue la Subsecretaría?
Allegados a Basualdo evitaron responder la consulta de este medio. Pero el pedido de información está ligado a un pendiente del gobierno, que debe definir qué pasará con las remuneraciones que perciben las generadoras que aportan potencia base sin contrato vigente con Cammesa. Ese grupo de centrales, que aporta hasta un 60% de la energía que consume en país, recibe una remuneración en pesos que estuvo congelada durante casi 2020, se actualizó en un 29% en marzo de este año y muy probablemente seguirá invariante hasta fines de 2021.
La planilla Excel enviada por Basualdo busca relevar 24 costos de las empresas de generación eléctrica.
Los datos solicitados por Basualdo se encuadran en ese contexto de restricciones. No es la primera vez que una administración kirchnerista avanza con un pedido de información de este tipo. En 2013, colaboradores del entonces ministro Axel Kicillof enviaron una planilla similar a esta para implementar un sistema de costo-plus en el sector eléctrica.
Contextos diferentes
La diferencia, más allá de los nombres propios en uno y otro caso, es la tendencia en la que se encontraba el mercado. En ese momento, funcionarios de la Secretaría de Energía que respondían a Kicillof recavaron información de costos de las generadoras para luego lanzar la resolución 95, que en los hechos incrementó la remuneración de los privados que llevaba años sin cambios por el congelamiento post salida de la Convertibilidad.
Ahora la tendencia es inversa: como políticamente no está dispuesto a permitir nuevas subas tarifarias, el gobierno debe recortar los costos del sistema eléctrico para evitar que los subsidios salgan fuera de control. Por eso, es factible que la remuneración de las empresas que operan centrales de ciclo combinado, las plantas más eficientes del parque de generación, que aún tienen algún margen, sufran algún descuento en el futuro, indicaron fuentes privadas consultadas por este medio.
Una de las interrogantes es saber qué sucederá con las máquinas turbo-vapor (TV), ineficientes y caras, que llevan décadas en operación. Lo natural, en un mercado competitivo, sería que esas plantas sean paulatinamente reemplazadas por otras más eficientes y menos costosas, pero frente a la caída de la inversión en nuevos proyectos, a mediano plazo el Estado no está en condiciones de permitir que más centrales térmicas salgan de funcionamiento.
