El ex secretario de Energía, Javier Iguacel, impulsaba la aplicación de una tarifa previsible de gas a fin de reducir los saltos en las facturas que llegan a los hogares durante el invierno. El Enargas estuvo trabajando en los últimos dos meses junto a las empresas distirbuidoras para avanzar en esa dirección. Se apuntaba, de mínima, a aplanar las facturas de forma semestral a partir del 1º de abri. Sin embargo, la iniciativa se vio obstruida por la fragilidad de la macroeconomía argentina.
Allegados al ente regulador del gas señalaron a EconoJournal que es inviable migrar a esquemas de aplanamiento de las tarifas de gas en una economía que arrastra una inflación de casi un 48% en 2018 y con un costo de financiamiento que ronda un 50 por ciento, según la tasa de interés establecida por el Banco Central.
“Para aplanar las tarifas es preciso acceder a capital de trabajo a tasas razonables. En los países en los que estos esquemas funcionan, el costo del crédito y la inflación se miden en un dígito. Las distribuidoras nos explicaron que no tienen forma de financiar sistemas de estas características en este contexto económico. Y tampoco podemos trasladarse a los usuarios el costo de financiar un interés del 50% o 55%”, admitieron fuentes del Enargas. Durante los meses de frío, las distribuidoras pagarán entre 5000 y 6000 millones de pesos por mes a los productores por el gas que consumen. De aplicarse algún esquema de tarifa aplanada, las empresas deberían financiar unos $ 2000 millones por mes.
Recalculando
¿Cuál era la idea del gobierno? Calcular el consumo de gas de cada usuario residencial de forma semestral o anual (se estudió más a fondo la primera opción) y luego dividir ese número por la cantidad de meses elegida, a fin de que la factura sea prácticamente la misma en cada período de facturación. Las distribuidoras —Metrogas, Naturgy (Gas BAN), Camuzzi y Metrogas, entre otras— advirtieron que el costo de financiamiento inviabiliza la aplicación de ese modelo y más en la antesala del invierno, como preveía el Ejecutivo.
“La idea era que el nuevo esquema empiece a regir el 1º de abril, con la nueva actualización de las tarifas y una vez que los cambios se presenten en las audiencias públicas. Pero eso implicaría que las empresas financiemos al inicio justo los meses en los que más gas demandan los hogares. Es decir, cobraríamos menos justo cuando comienza el invierno, lo que nos obligaría a financiarnos a tasas altísimas, que hoy son impagables, para cubrir el costo del gas que nos cobran los productores”, explicó el gerente general de una distribuidora.
El Enargas entendió esa situación. Por eso, si bien no descarta impulsar algún esquema de financiamiento optativo de alcance moderado durante los meses de frío, tal como los que aplicó durante los últimos dos años, el ente regulador está trabajando ahora en la implementación de una factura mensual para, al menos, “llevar más claridad al presupuesto familiar”, tal como admitió un directivo del organismo.
Históricamente, la factura de gas —al igual que la de electricidad— se calcula de forma bimestral. Eso no cambió pero a partir de mediados de 2016, la boleta llega con dos troqueles mensuales para darle al usuario una forma de desagregar el pago de la factura. El Enargas avanzará un paso más en ese sentido. Si bien la medición del consumo seguirá siendo bimestral, a partir de abril comenzará a llegar una boleta mensual para reducir el monto final de pago. El gas se homologará, en la práctica, al esquema que rige para otros servicios como la telefonía celular o la televisión por cable.