Aunque ya se firmaron 48 contratos de compra de energía (PPA, por sus siglas en inglés) de los 59 adjudicados en las dos rondas del programa RenovAr, el primer inconveniente para las empresas adjudicatarias sigue siendo estructurar el financiamiento.
Esta fue la opinión unánime de los ejecutivos y consultores que participaron en los dos paneles sobre Tendencias de inversión y financiamiento, enmarcados en el Congreso de Energía Renovable Argentina 2017, recientemente celebrado en Buenos Aires.
Según Miguel Angel Graña, Senior Partner de la consultora Luft Energía, «para el financiamiento de proyectos de largo plazo es fundamental que los entes multilaterales apoyen y me preocupa que gran parte del crédito que había se haya consumido en la Ronda 1. Al fin y al cabo, los multilaterales son bancos y tratan de colocar su dinero en el que consideran el mejor perfil de proyecto. Además le ponen bastante valor al ‘riesgo Argentina’ y esto hizo que los grandes grupos locales calificaran mejor y consiguieran financiamiento. Por otro lado es interesante que las agencias de financiamiento de muchos países (Export Credit Agency o ECA, por su sigla en inglés) estén evaluando proyectos pero, como hay desconocimiento sobre la Argentina, los procesos son lentos». Para el ejecutivo, una alternativa sería el project finance, un mecanismo de financiación para grandes proyectos cuyo repago se basa principalmente en los flujos de caja, «pero hay solo un proyecto con ese estado», aseguró.
Sumando la visión general del mercado, Marcelo Alvarez, presidente de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), indicó que «el esquema de project finance es difícil porque el off staker es CAMMESA -administradora del mercado eléctrico mayorista- y porque aún no pasaron varias rondas. Además, los bancos privados internacionales y los entes multilaterales vienen con la hoja de check list europea o americana y buena parte de esos puntos son incumplibles en el estado actual del mercado».
El ejecutivo afirmó que aún falta financiamiento para algunos proyectos de la Ronda 1.5 pero destacó el acierto del gobierno nacional al lanzar el programa RenovAr. «Esto cambió la percepción del sector de Energía respecto de Renovables. Antes el mercado era microscópico, siempre con los mismos jugadores, sin acceso al crédito y sin capacidad de ejecutar un plan de expansión y diversificación de la matriz. Hoy los actores son más variopintos y, más allá de los problemas con los entes multilaterales o el esquema de project finance, casi todos los esquemas son de financiamiento corporativo y de equity propio».
Por su parte, Lucas Troitiño, gerente técnico de Envision para América Latina, planteó las dificultades que la empresa china tiene para obtener financiamiento para los cuatro proyectos eólicos que obtuvo en la Ronda 1, que suman 185 MW. «Envision apunta al project finance y esperábamos que todo fuera más rápido pero confiamos en que va a salir en el tercer trimestre de este año. No obstante, no apuntamos a un proyecto individual, sino a un conjunto que incluye a México y también la expansión en Chile, que se complicó un poco. El project finance es complicado. Si bien la Argentina dio señales muy innovadoras y muy buenas -como la garantía provista por el Banco Mundial- quizá falta que el gobierno ofrezca señales más rápido, para que sea más fácil para nosotros», dijo Troitiño, un argentino que actualmente reside en Chile pero que se mudará en breve a Buenos Aires para abrir la oficina local de Envision.
Además de las grandes empresas que resultaron adjudicatarias, hay empresas chicas que no pueden mostrar los mismos balances ni las mismas trayectorias, y que están muy complicadas para obtener financiamiento. Según Carlos St James, Chairman del congreso y miembro del directorio del Latin American & Caribbean Council on Renewable Energy (LAC-CORE), «el modelo que las puede salvar es el project finance pero está difícil porque los bancos dicen que Argentina no es sujeto de ese producto financiero».
Representando al Estado, Maximiliano Morrone, director Nacional de Promoción de Energías Renovables del Ministerio de Energía y Minería, manifestó que «el esfuerzo que se está haciendo para lograr que los entes multilaterales apoyen es grande. Y creemos que los resultados del financiamiento son auspiciosos. Hay casi US$ 2.000 millones en proyectos ya estructurados o en vías de estructurarse; ya se firmó el 90% de los contratos de los proyectos de Renovar 1 y 1.5 y los renegociados a través de la Resolución 202, y en las próximas semanas se firma el resto. Es el primer hito y muestra el compromiso por parte de los desarrolladores».
El director técnico de la consultora Aires Renewables, Diego Werner, apeló a su experiencia de varios años en el acompañamiento técnico de proyectos eólicos y solares, y explicó que «los entes multilaterales tienen un ticket pequeño y están comenzando en el país. A ellos se suman el Banco Nación, el Banco Provincia de Buenos Aires y la Anses, que nos son entidades con capacidad para financiar pero sí para acompañar a un multilateral o a un fondo extranjero. Esto está sucediendo y ya hay proyectos cerrados en la Argentina. Luego, hay un grupo de proyectos a los que les cuesta mucho obtener financiamiento y algunos probablemente caigan. Y hay un tercer grupo que usa la creatividad para crear esquemas de financiación atípicos. Por ejemplo, la empresa Genneia lanzó un bono y consiguió financiamiento privado». En enero de este año esa empresa colocó un bono internacional por US$ 350 millones, después de recibir ofertas de compra por US$ 1.050 millones.
Werner también mencionó que, por ahora, la banca privada argentina está informándose sobre el mercado de energías renovables: «Durante 15 años emitieron financiación para comprar bicicletas, por lo tanto financiar un proyecto a 20 años les es difícil. Y probablemente apoyen más rápido a los proyectos del mercado a término que a los de RenovAr. Es decir, les será más fácil financiar un proyecto de Coca Cola, por ejemplo, porque el balance es mejor que el del Estado argentino».
Miguel Angel Graña, senior partner de la consultora Luft
Con respecto a este tema, Troitiño aportó la experiencia chilena. «A los bancos chilenos les costó entrar en confianza. Una vez que vieron que los proyectos eran factibles y que recibieron asesoramiento, fueron ellos los que golpearon la puerta de las empresas para saber si había proyectos para financiar. Creo que eso pasará en la Argentina y el proceso puede ser más rápido que en Chile», opinó.
En ambos paneles también se habló de la garantía otorgada por el Banco Mundial. En marzo de 2017, la entidad aprobó una garantía de US$ 480 millones para estimular la inversión privada en energías renovables de Argentina. Concretamente, esa garantía apoya al Fondo para el Desarrollo de Energías Renovables (FODER) que facilita el financiamiento de proyectos del programa RenovAr. De los 59 proyectos adjudicados en ambas rondas, 27 la solicitaron. De ellos, 12 son eólicos, 10 son de solar fotovoltaica, cuatro son mini-hidroeléctricas y uno es de biogás.
La empresa Envision tomó la garantía del Banco Mundial para sus cuatro proyectos. «A pesar de que tiene un costo adicional, fue una necesidad porque sabíamos que al buscar financiamiento posiblemente no lográramos el suficiente, por ser una empresa china», explicó Troitiño. Y Werner aclaró por qué algunas empresas no lo solicitaron: «Las Utilities y las grandes empresas locales tienen gran conocimiento del mercado energético argentino, dominan mucho más el riesgo argentino que el Banco Mundial. Manejan los contratos con CAMMESA desde hace 15 o 20 años. Entonces estimaron que no necesitaban respaldo y, además, eso les permitía obtener mayor rentabilidad. La mayor parte de las adjudicatarias son empresas locales o con años en el país. Pero hay que admitir que sin la garantía del Banco Mundial no hubiera habido la cantidad de ofertas que hubo, ofició casi como una garantía del programa».
Por su parte, Alvarez destacó que «el financiamiento es la principal restricción pero no la única. En este país, para que proyectos a 20 años sean más rentables es clave que las tasas bajen a valores de los países vecinos. Hoy nos financiamos a tasas que son casi el doble de las de Chile o Bolivia».
No obstante, por lo logrado hasta ahora, Troitiño se manifestó «contento» y advirtió que «hay lecciones que se están aprendiendo. Posiblemente en la Ronda 2 se mejoren las garantías y esperamos que el país siga dando buenas señales». Para Werner «la mejor señal de credibilidad es que todo lo que el gobierno dijo lo cumplió. La licitación se hizo en la fecha prevista y esas señales son revolucionarias para la Argentina».
Para la Ronda 2, Graña espera «un financiamiento a más corto plazo». Y prevé que no habrá esquemas de project finance. «Algo interesante es que están por venir bonos ligados a estos proyectos o bonos verdes», dijo.
El funcionario de gobierno, Maximiliano Morrone, eligió quedarse con las palabras «desafío y aprendizaje». Y agregó que «este es solo el prólogo del capítulo de desarrollo de energías renovables a 15 años. Creo que es un comienzo bastante interesante considerando el éxito de RenovAr 1 y 1.5».