El interventor tuvo que implementar un sistema de presencia intercalada en el ente porque si el personal fuera todo al mismo tiempo no entraría en el edificio. Pese a ello, firmó diez contratos de consultoría externa, lo que le motivó reproches del ministro Guzmán, referentes del cristinismo e incluso un pedido de informes de la oposición. Durante los diez años en lo que Antonio Pronsato estuvo al frente del Enargas solo contrató una consultoría externa, al igual que durante la gestión anterior de Mauricio Roitman.