Para intentar ponerle un freno a las subas, el presidente de Francia había dejado trascender que eliminaría una ley que prohíbe vender combustibles a pérdida. Sin embargo, la resistencia desatada en el sector de venta de naftas lo forzó a dejar en suspenso esa iniciativa. A cambio, importantes compañías del sector se comprometieron a comercializar los combustibles al costo.