La producción total de petróleo en Brasil registró un nuevo récord en enero impulsada por el régimen de producción compartida. Esta modalidad de producción registró un nuevo récord en enero y un fuerte crecimiento interanual.
Brasil promedió en enero una producción total de 3.274.000 barriles diarios de crudo, un 6,5% más que en diciembre y un 8% por encima de enero de 2022, informó la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) de Brasil. La producción de enero superó el récord anterior de 3.148.000 bpd de octubre de 2022.
Del total de la producción de enero el 25,8% fue bajo el régimen de producción compartida. La producción fue de 845.000 bpd, un 11% más que en diciembre y casi el doble que en enero de 2022, según el último boletín de producción mensual de Pré-Sal Petróleo (PPSA), la empresa que representa al Estado en los contratos de producción compartida.
Por otro lado, la producción total de gas natural en enero fue de 143 MMm3/d, un aumento del 2,2% respecto a diciembre y del 4,2% interanual.
Producción compartida
El régimen de producción compartida (regime de partilha en Brasil) fue introducido en 2010 por el gobierno de Lula da Silva para impulsar la participación del Estado en la producción de hidrocarburos en los bloques de presal y otras zonas consideradas estratégicas.
La ANP subasta los bloques y los consorcios ganadores deben deben ceder al Estado una parte del excedente de la producción de petróleo y gas. En el proceso de subasta, el criterio de evaluación es qué empresa ofrece al Estado la mayor parte del excedente producido. El Estado participa en los consorcios ganadores a través de PPSA, creada en 2013. Además, Petrobras participa como operador de los bloques adjudicados, con una participación mínima del 30% en muchos casos.
La victoria de Lula en las presidenciales del año pasado garantizó la continuidad del régimen de producción compartida. “Desde nuestro punto de vista, no hay razón para cambiar el modelo de distribución actual en el área del presal. Las demás áreas seguirán en el modelo de concesión”, dijo en diciembre Mauricio Tolmasquim, en ese entonces coordinador de Minas y Energía del equipo de transición de Lula y actual CEO de la estatal EPE. En su último año de mandato, el ex presidente Jair Bolsonaro puso en debate la privatización de PPSA.
Un comentario
El régimen de producción compartida (production sharing agreement, PSA) es un modelo de contrato diseñado para gestionar contratos donde existe un amplio rango de posibles rentabilidades, porque se trata de desarrollos con pocos análogos en el mundo. Lula lo implementa en 2010 con gran sentido de la oportunidad porque en ese momento el presal había mostrado un enorme potencial pero no tenía historia y estos contratos resultan atractivos para el país porque se asegura una participación fija de lo producido neto de gastos(share) sea poco, mucho o muchísimo, y para el operador porque se asegura que en el peor escenario salva los gastos.
La creación de PPSA y la obligatoriedad de operar por Petrobras (luego anulada) son discutibles y no forman parte del modelo PSA.