Los gremios petroleros de todo el país firmaron a última hora del miércoles un acuerdo salarial con las cámaras empresariales que establece un incremento del 21% para el trimestre julio–septiembre, un 18,5% para el periodo octubre-diciembre 2022 y la misma alícuota entre enero y marzo de 2023. Si se suma el incremento del 21% que los sindicatos ya habían obtenido entre abril y julio de este año, se desprende que la pauta salarial para el año que se extiende desde el 1 de abril de 2022 y al 31 de marzo de 2023 superará el 80 por ciento.
Es una cifra alta, pero entre las empresas consultadas por EconoJournal existía conformidad por el resultado de las paritarias. Interpretaban que con estos niveles de inflación y con la fragilidad política del gobierno para encauzar la discusión, la posición de fortaleza estaba del lado de los sindicatos. Lo que quedaba para los privados, frente a ese escenario, era concretar un control de daños que atempere los costos de una negociación que ya de entrada se presentaba cuesta arriba.
Leída en esa clave, los privados destacan al menos dos aspectos de la paritaria que se cerró: el primero es la temporalidad. A diferencia de otros gremios que van cerrando acuerdo salariales cada tres o cuatro meses, el acuerdo con petroleros es por un año. Es decir, ofrece un mayor horizonte temporal en medio de la crisis. Haber despejado esa variable hasta fines del primer trimestre de 2023 contribuye, al menos en lo teórico, a garantizar una menor conflictividad sindical, en especial en Neuquén, el principal centro de actividad de la industria.
El segundo es cuantitativo: pese a que con un aumento del 80% en el año los petroleros se ubican entre los gremios que lograron mejores paritarias, la proyección hacia adelante podría relativizar esa lectura. Por ejemplo, el Sindicato de Trabajadores de Gas (STIGAS) cerró este jueves un acuerdo con Metrogas y TGN que prevé un 30% de aumento para el trimestre julio, agosto y septiembre de este año (15% este mes y luego 7,5% en los dos meses subsiguientes). Ese número se suma al 30% que ya habían conseguido para el segundo trimestre del año, con lo cual el gremio que conduce Pablo Blanco obtuvo un aumento del 60% en los seis meses que van desde abril hasta septiembre.
“Es una paritaria alta, pero si vemos lo que está pasando con otros gremios, el número que se acordó con los petroleros no es tan elevado y además es por un año, por lo que otorga cierta previsibilidad”, explicaron en una empresa de servicios.
Cronograma
El acuerdo que se firmó el miércoles en el Ministerio de Trabajo surgió a partir de la negociación entre las cámaras de productores (Ceph) y de empresas de servicios (Ceope) con los referentes sindicales encabezados por Marcelo Rucci, líder del sindicato de petroleros privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa. En la práctica, marcó el debut de Pablo Iuliano, que el viernes asumió como CEO de YPF en reemplazo de Sergio Affronti, al frente de la mayor petrolera del país. Iuliano llevó adelante las negociaciones con los gremios junto con directivos de Pan American Energy (PAE) y Vista.
El primer tramo del aumento (del 21%) se aplicará como suma no remunerativa, y se abonará en dos partes: 10% en agosto y 11% en septiembre. Esa “gratificación extraordinaria no remunerativa” pasará a formar parte de los salarios en octubre.
La mejora de los ingresos de los trabajadores petroleros del último trimestre del año, se pagará en dos partes de 18,5% cada una, en noviembre y diciembre, y se calculará sobre la base de los sueldos de abril de 2022.
Mientras que el último tamo del acuerdo, que regirá en 2023 (del 18,5%), se abonará un 8,5% en febrero y el 10% restante en marzo. La base de cálculo también serán los salarios de abril de 2022.
También se estableció que esas sumas queden exentas del Impuesto a las Ganancias.
“Otro punto más que importante en esta paritaria es que cada fin de trimestre se irá monitoreando cualquier variación que se pudiera producir, aplicando una actualización automática en caso de ser necesario“, indicó el Sindicato de Petroleros Jerárquicos de Neuquén, Rio Negro y La Pampa, en relación a la evolución de la inflación.