Desde distintas usinas de gobierno se admite que durante Semana Santa podría definirse una reestructuración parcial del Gabinete y algunas voces dan cuenta de la necesidad de ordenar el funcionamiento y la gestión de la Secretaría de Energía, un área virtualmente paralizada por las constantes internas. El titular del Palacio de Hacienda, Martín Guzmán, declaró el lunes en una entrevista con C5N que la gestión del Presidente continuará «con aquellos que estén alineados con el plan económico del Gobierno». A raíz de ello se especula sobre alguna modificación en el área energética que está dominada funcionarios que responden a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, como el caso del subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, que el año pasado ya intentó ser desplazado por Guzmán. Mientras espera a saber si hay algún tipo de definición en esa área, el ministro robusteció su agenda con empresas del sector de Energía.
Reuniones con petroleras
La semana pasada Guzmán destinó buena parte de su tiempo a reunirse con compañías productoras de petróleo y gas, particularmente con aquellas que se encuentran en Vaca Muerta, con la intención de definir un esquema de promoción que genere cierta confianza en materia cambiaria.
Ese esquema se encuentra dentro del proyecto de Ley que el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, negocia con dirigentes de Juntos por el Cambio, en el cual se incluye un régimen de exportación y liquidación de divisas- a fin de aumentar las inversiones de las empresas petroleras-, la importación de combustibles sin impuestos, modificaciones en la metodología de ajuste por la inflación para el pago del Impuesto a las Ganancias, la creación de un régimen de quebrantos y el regreso de alícuotas variables de impuestos en reemplazo de los cargos fijos.
Pidió detalles sobre YPF
Guzmán mantuvo dos reuniones con la conducción de YPF. La semana pasada había pedido precisiones sobre el proyecto de ampliación de Profertil que podría requerir una inversión de más de US$ 1.000 millones y que actualmente se encuentra frenado.
En 2019 la compañía -controlada por YPF y Nutrien- había lanzado una licitación con el objetivo de ampliar su planta de urea en Bahía Blanca. En esta primera instancia, la oferta que realizaron Techint y Saipem fue seleccionada, sin embargo, el contrato no se firmó puesto que desde Profertil se propuso luego incorporar la tecnología SynCor para la producción de gas de síntesis, más amigable con el medio ambiente y así reducir la huella de CO2, aspecto que no estaba contemplado en el pliego inicial. A raíz de ello, se tuvo que diagramar nuevamente el proyecto de ingeniería. Frente a esta situación, ambas partes firmaron un acuerdo de exclusividad hasta el 30 de junio para definir esas modificaciones.
Además, a comienzos de esta semana volvió a conversar con los directivos de YPF para interiorizarse sobre cómo funcionaría el proyecto de la planta de Gas Natural Licuado (GNL), que la petrolera tiene en carpeta desde hace años. En el encuentro que duró dos horas, el CEO de la compañía, Sergio Affronti, acompañado de otros directivos le comentó al ministro los pormenores de la iniciativa y su financiamiento, que rondaría los US$ 4.000 millones.
Fuentes de YPF ante la consulta de EconoJournal explicaron que la reunión “se trató de una presentación de la línea técnica de la empresa a las autoridades de Energía y ministerio sobre el proyecto de la planta de GNL” y que la duración de la misma “se dio porque se analizaron todas las cuestiones relacionadas al proyecto”.