Existe cierta unanimidad entre los especialistas internacionales en considerar que el hidrógeno verde será el combustible limpio dominante del futuro. El gobierno de Chile ha tomado real conciencia de esa certeza y desde hace varios años viene desarrollando una agresiva política en favor de las energías renovables, el factor que hace posible que el hidrógeno sea una fuente de energía limpia.
Para generar hidrógeno limpio se requiere de grandes cantidades de energía eólica (u otra fuente renovable), un recurso natural que abunda en el país trasandino, ya que cuenta con un potencial de entre 50 y 80 veces de toda su capacidad eléctrica instalada. De hecho, de acuerdo al reporte Climatescope que elabora la agencia Bloomberg, Chile es el país latinoamericano más atractivo para invertir en energías limpias y se ubica en el segundo lugar entre los emergentes, detrás de India. De acuerdo a dicho informe, “Chile es el único mercado emergente donde el gobierno y los servicios públicos han hecho serios compromisos para eliminar la generación de carbón”.
Estratégico
Estas particularidades han llevado a la Agencia Internacional de Energía a estimar que Chile podría llegar a producir 160 millones de toneladas anuales de hidrógeno verde, con lo cual no solo podría abastecerse internamente sino convertirse en un gran exportador de este recurso energético.
Según recientes declaraciones del Jefe de la Unidad de Tecnologías de Transición del Ministerio de Energía de Chile, Benjamín Maluenda, en la región de Magallanes “se pueden producir “casi 10 millones de toneladas de hidrógeno verde al año: un potencial de 5 Chiles sólo en una región”.
«En Chile, de acuerdo a nuestros estudios, se espera para 2030 poder producir hidrógeno verde a menos de 2 dólares por kilogramo. Esto lo hace competitivo contra el uso de diésel en transporte incluso sin impuestos al carbono«, declaró el ministro de Energía de Chile, Juan Carlos Jobet, a Expansión.
La demanda de hidrógeno como fuente energética está constante crecimiento. Se estima que para 2030, Europa, EE.UU., China, Japón y Corea van a contar con 2,7 millones de autos particulares eléctricos a hidrógeno, que demandarán un consumo de 710.000 toneladas anuales de hidrógeno. El 40% de esa demanda sería producida por esos países, en tanto que al 60% restante tendrían que exportarla. Esto abre una gran puerta para los países que presentan condiciones de producir este tipo de hidrógeno y Chile aparece decidido a satisfacer ese mercado.
En la actualidad, las energías renovables representan el 18, 2% de la matriz energética chilena. A su vez, el país importa anualmente u$s 8.000 millones en combustibles fósiles. Por lo tanto, el enorme potencial con el que cuenta en energías renovables no sólo le generará un gran beneficio ambiental sino que además provocaría un cambio sustancial en su balanza comercial.
¿Y en Argentina?
Nuestro país también cuenta con excelentes condiciones naturales para desarrollar nitrógeno a partir de las energías renovables. Pero lo cierto es que hasta el momento no se han llevado adelante políticas públicas que impulsen su desarrollo. El proyecto más importante lo viene desarrollando la empresa Hychico, en Comodoro Rivadavia. Allí montó primero un parque eólico de 6,3MW de potencia y luego construyó una planta de producción de hidrógeno, que cuenta con dos electrolizadores con una capacidad total de 120 Nm3/h de hidrógeno y 60 Nm3/h de oxígeno. El objetivo de Hychico es convertirse en exportador de hidrógeno verde.
De acuerdo a estimaciones hecha por la empresa, en Argentina haría falta invertir u$s 12.000 millones entre parques eólicos, plantas de producción de hidrógeno y plantas de licuefacción para producir 430.000 toneladas anuales de hidrógeno, que es lo que se estima que demandarán los países más desarrollados en los próximos 10 años. Teniendo en cuenta que el precio del hidrógeno es de u$s 5 por kilo, al país le ingresarían u$s 1.500 millones en concepto de exportaciones. Un horizonte al que por el momento Chile parece estar mucho más cerca que la Argentina.