Central Puerto, la segunda generadora del mercado eléctrico, se quedó la semana pasada con la térmica Brigadier López al ganar la licitación llevada adelante por IEASA. Sin embargo, lo llamativo fue que la empresa—que tiene como accionistas a Guillermo Reca, Eduardo Escasany, Claudio Pérez Moore y Nicolás Caputo— no pudo sumar entre sus activos a Ensenada Barragán, la generadora más grande que había sido puesta en venta junto con Brigadier López, cuya licitación fue declarada desierta.
La compañía que preside Reca había ofrecido por Brigadier López US$ 326,55 millones (una cifra en efectivo por US$ 165.432.500 más una deuda con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la Anses que el comprador asumió por US$ 161.118.000 según lo establecido en el pliego). Además, se comprometía a completar las obras de cierre de ciclo de la central por un valor aproximado de US$ 50 millones. La oferta por Ensenada Barragán, planta ubicada en la provincia de Buenos Aires, fue todavía mayor ya que ofreció un monto total de US$ 583.529.500 (US$ 279.529.500 más una deuda del FGS de US$ 304 millones).
El problema surgió porque al momento de presentar ambas ofertas, a fines de enero, Central Puerto no había logrado cerrar el financiamiento para adquirir las dos centrales. Por eso, si bien presentó ofertas por ambas plantas, incluyó una nota en la que informaba que, en caso de resultar adjudicataria de una de las dos centrales, esa acción inmediatamente anulaba la oferta por la otra usina.
En los primeros días de febrero, finalmente Central Puerto logró cerrar una estructura crediticia con dos bancos estadounidenses para poder solventar la compra de las dos centrales. Entonces presentó a IEASA una nueva nota solicitando que se deje sin efecto la nota anterior. Sin embargo, el área de Legales de IEASA desestimó ese pedido porque fue formulado fuera del plazo previsto por la licitación. Por eso, la empresa fue descalificada.
YPF también había hecho una oferta por Ensenada Barragán. La petrolera controlada por el Estado Nacional ofertó 229 millones de dólares, el precio más bajo, y cancelar la deuda que la central mantiene con el FGS, pues fue construida durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner con un préstamo de la Anses.
El problema es que propuso un canje de deuda por la central. Es decir, que el Estado salde parte de la deuda por el Plan Gas que tiene con la compañía otorgándole la central térmica. La propuesta vulneraba los criterios establecidos en el pliego ya que el mismo no contemplaba el canje de deuda como modalidad de pago ya que si eso hubiese sido posible tal vez los oferentes hubiesen sido más. De hecho, las generadoras eléctricas también tienen acreencias con el Estado por los papeles del Foninvemem, pero el pliego permitía cancelar solo una parte del precio total y ni siquiera del pago en efectivo, sino solo parte de la deuda que la central mantiene con el FGS. Es por eso que IEASA también descalificó a YPF.
Ambas compañías tendrán una nueva chance de quedarse con Ensenada Barragán ya que la Asamblea de accionistas de IEASA resolvió instruir a la empresa estatal a efectuar un segundo llamado a licitación, en términos y condiciones similares a los de la licitación declarada fracasada, de forma tal de recibir ofertas en un plazo no inferior a 60 días y no superior a 90 días, tomando la mayor oferta recibida en la licitación fracasada, como precio base para la nueva licitación. A su vez, IEASA anunció que avanzará con la venta del yacimiento y un gasoducto del área de Chañar, en Neuquén. Por ese activo había manifestado interés la petrolera francesa Total.