El análisis del gasto por finalidad, muestra que la partida destinada a servicios económicos en el rubro “energía, combustibles y minería” se reducirá de 2,2% a 1,7% del PBI. Ese ajuste supone una baja de los subsidios y, por consiguiente, un aumento cercano al 30% de la tarifa promedio que pagará el conjunto de los usuarios.