Los referentes de los gremios petroleros de todo el país volverán a encontrarse hoy en las oficinas de YPF en Puerto Madero, en lo que funcionará como un preámbulo a la reunión formal que tendrán mañana en el Ministerio de Trabajo con el fin de resolver la dilatada negociación por las paritarias 2020/2021, que expiran el 31 de mayo.
YPF, el mayor jugador del mercado, intentó la semana pasada una vía alternativa para concluir el proceso: directivos de la petrolera que preside Pablo González propusieron a Claudio Vidal, secretario de petroleros privados de Santa Cruz, el cobro de un bono de $ 100.000 por única vez para cerrar adecuar la paritaria 2020 a la inflación efectivamente registrada. Vidal dio luz verde a esa propuesta y operó como punta de lanza para que otros gremialistas —como José Lludgar, de petroleros jerárquicos de Patagonia Austral— también la acepten.
Sin embargo, la semana pasada, cuando debía refrendar la aceptación en el Ministerio de Trabajo frente al resto de los gremios ante los funcionarios de Trabajo, el sindicalista de Santa Cruz no se presentó y la negociación terminó naufragando.
Un par de días más tarde, Vidal quedó políticamente muy esmerilado cuando Guillermo Pereyra y Marcelo Rucci, líderes del sindicato de Neuquén, difundieron el sábado una foto con Alberto Fernández en la quinta de Olivos, horas antes de que el Presidente viaje a Europa. Esa reunión se concretó por intermediación de la CGT sin que YPF realizara ninguna gestión, pero aún así Vidal acusó a las petroleras de haberlo usado como fusible para terminar negociando con Pereyra. Otros referentes sindicales comparten esa lectura. La reunión de hoy buscarán desactivar esa tensión.
Números
Lo curioso es que, al margen de estas rencillas personales, en los números el arreglo no parece estar lejos.
Los sindicatos pretenden recibir un 30% de mejora salarial en la paritaria 2020 para recuperar lo que perdieron por la aceleración de la inflación. Ya percibieron un 15% en 2020. Con lo que reclaman ahora llegarían a un 45%, en espejo con la evolución del índice de precios del año pasado. Si se tiene en cuenta que la gobernación de Neuquén tuvo que reconocerles un 53% a los trabajadores de ATE tras el conflicto con los autoconvocados de Salud, no parece ser una mala negociación para las empresas.
Lo más probable, entonces, es que la paritaria se termine cerrando mañana sobre la base de esa oferta, aunque para eso primero habrá que descomprimir la tensión con Vidal y los gremios del sur. Por momentos, como analizaron en una empresa de servicios, la negociación se presenta más como una paritaria de dirigentes que como una continuidad de la demanda de las bases.
¿Cuáles son los puntos a tener en cuenta?
- El sindicato de Neuquén está dispuesto a aceptar una mejora del 30% de los sueldos a instrumentarse en tres cuotas a partir de mayo. Para diferenciarse de Pereyra, algunos de los gremios del sur pidieron concretar la suba en dos cuotas.
- La fecha de finalización de la paritaria 2020/2021. Lo firmado el año pasado en el Ministerio de Trabajo establece que ese acuerdo salarial expira el 31 de mayo. A cambio de reconocer un 30% de aumento, las empresas pretenden extender esa paritaria hasta el 31 de diciembre. Es lo que acordaron informalmente con Pereyra. Pero para limar el protagonismo del líder neuquino, gremios del sur quieren que la prórroga de la paritaria actual no se vaya más allá del 31 de octubre para negociar una nueva suba durante este año y no patear la discusión para el año que viene, tal como adelantó este medio el 15 de abril.
- Mañana vence el segundo tramo de la conciliación obligatoria dictada por Trabajo para neutralizar el paro de actividades que habían convocado los sindicatos de todo el país hace tres semanas. Se descuenta que habrá algún tipo de acuerdo entre hoy y mañana. Después del conflicto en Neuquén que paralizó la actividad durante casi todo abril, las partes no parecen tener margen para iniciar un conflicto. Las petroleras, y en especial YPF y el gobierno, no pueden darse el lujo de perder más días de perforación de pozos de gas antes de la llegada de los meses de menores temperaturas. Y los sindicatos tampoco parecen tener tanto margen para abrir un conflicto en plena segunda ola con un nivel de actividad todavía muy deprimido.