Por la postergación de la actualización de los gravámenes a las naftas y el gasoil dictada en mayo por el gobierno, el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC) deberían aumentar un 13,6%. Si se aplicara este ajuste, el incremento en los surtidores sería de 3,3% en las naftas y 2,3% en el gasoil. La prórroga para que se actualicen estos dos tributos vence el 1° de octubre. Así se desprende del último informe publicado recientemente por la consultora en temas energéticos Energy Consilium.
El gobierno nacional aún no definió qué va a hacer con la actualización del ICL y del IDC, que se ajustan por trimestre calendario. Probablemente en octubre vuelva a postergar —parcial o totalmente— la actualización de estos impuestos porque, en los hechos, implicaría un nuevo aumento en los surtidores de casi 3,5%.
El sábado pasado YPF aumentó un 3,5% en promedio los combustibles en todo el país. En las estaciones de servicio de la Ciudad de Buenos Aires, el litro de nafta super de la compañía controlada por el Estado trepó a 59,49 pesos y el de gasoil grado 2 subió a 55,56 pesos. Lo mismo hizo la compañía Raízen, que comercializa la marca Shell.
El decreto 488 del gobierno nacional implementado en el mes de mayo, que estableció un precio sostén (“barril criollo”) para el sector petrolero, suspendió hasta octubre la actualización de estos gravámenes a las naftas. Según el informe de Energy Consilium, la consultora presidida por el exministro Juan José Aranguren, “el ICL y el IDC, tanto para naftas como para gasoil, deberían tener un incremento de 13,6% para cumplir con lo establecido en la Ley 27.430 y su Decreto Reglamentario 501/2018”.
“En caso de implementarse estos aumentos, considerando volúmenes promedio mensuales de ventas estimadas para el tercer trimestre 2020 de 540.000 m3 para naftas y 1.000.000 m3 para gasoil, el incremento de la recaudación fiscal, solo por estos conceptos, sería de $ 2.300 millones mensuales”, concluyó la consultora.