La decisión del Gobierno nacional de actualizar a partir de mañana en un 30% el impuesto a los combustibles líquidos (ICL) generó un nuevo motivo de preocupación en YPF. La medida tendrá un impacto efectivo equivalente al 5% precio actual de las naftas y gasoil. En la empresa de mayoría estatal estiman que como consecuencia de este incremento deberán aportar al fisco entre 250 y 300 millones de dólares en lo que resta del año, según precisaron a EconoJournal allegados a Guillermo Nielsen, presidente de la petrolera.
Una suma que impacta de lleno en la desmejorada caja de la mayor compañía del mercado, que ya venía en baja desde antes de la emergencia sanitaria y ahora agudizará esa situación por el derrumbe del consumo de naftas.
A partir de mañana, el ICL pasará a representar $ 15,50 por litro de nafta super contra los $ 11,36 que pagan en la actualidad. Es decir, con una suba del 30%. En el caso de gasoil, el impuesto saltará de 7,21 a 9,42 pesos.
Desde el Ministerio de Desarrollo Productivo adelantaron que el descongelamiento de este gravamen no podrá trasladarse a los precios del surtidor. “El incremento va a ser absorbido por las refinadoras que se ven beneficiadas por la caída del precio internacional del crudo”, aseguraron voceros de la cartera que conduce Matías Kulfas el domingo por la noche cuando trascendió la medida.
El aumento del 5% estipulado surge del acumulado de los últimos tres meses del IPC. Por lo tanto, en el caso de la nafta súper el aumento representa $2,6 por litro y de $3 por litro para las naftas premium. En este contexto, allegados a la petrolera se preguntaban si era conveniente aumentar un impuesto que termina pagando en un 60% la propia YPF, que es una compañía controlada por el Estado.
Desde la cúpula de YPF hacen el siguiente cálculo: si se tiene en cuenta que la compañía controla entre el 55 y el 60 por ciento del mercado de los combustibles, al tener que absorber este aumento ICL, de acá a fin de año se verá obligada a hacer una erogación de entre US$ 250 y US$ 300 millones.
Días atrás, el CEO de YPF, Daniel González, había reconocido a través de un video que la venta en las estaciones de servicio había caída un 70%. De este modo, aumento de impuesto combinado con el desplome de las ventas resulta una ecuación letal para las finanzas de la compañía.
El Gobierno nacional venía postergando desde fin del año pasado la aplicación de la actualización del ICL. Pero desde el momento que dio lugar al pedido de diferentes actores del sector de aplicar nuevamente un precio sostén del “barril criollo”, decidió actualizar ese gravamen sin que se traslade a los surtidores.