Axion Energy, que es propiedad por Pan American Energy (PAE), la mayor petrolera privada de la Argentina, y la brasileña Raízen, que comercializa la marca Shell en el país, aplicaron este domingo a las cero horas un aumento en el precio de los combustibles de entre un 10,5 y un 12 por ciento.
La decisión tiene una característica disruptiva que la distingue de otras subas que se registraron en los últimos años: las dos refinadoras se desmarcaron de YPF, el mayor jugador del mercado, y cansadas de esperar que la compañía controlada por el gobierno actualice sus precios en surtidor, decidieron mover sus pizarras de forma anticipada.
Ese comportamiento por fuera del patrón normal habilita un interrogante bien concreto:
- ¿Qué hará ahora YPF, que posee casi un 60% del mercado? ¿Seguirá la línea de incrementos propuestas de Axion y Raízen ¿O se mantendrá firme en su posición de no aumentar, aunque eso implique que deba vender a pérdida un volumen mayor de combustibles?
Está claro que si YPF no mueve sus precios en los próximos días terminará quedándose con buena parte de la participación de Axion y Raízen, dado que en un mercado tan competitivo como el de combustibles ninguna empresa puede vender su producto un 10% más caro que el otro sin perder share.
La petrolera debe definir qué estrategia implementa. ¿Cuenta con stock de combustibles para bancar la estampida de nuevos consumidores que presumiblemente dejarán de cargar en Axion y Raízen para pasar a llenar el tanque en sus estaciones? ¿O se verá obligada a aumentar sus precios para no tener que importar todavía más gasoil a pérdida?
Y una última derivada: si YPF mantiene congelados sus precios durante todo mayo, ¿qué harán Axion y Raízen? ¿Mantendrán el aumento del 10% aplicado este domingo o se verán forzados a retroceder para no perder su participación de mercado? También puede suceder algo intermedio: que YPF incremente, por ejemplo, sus precios un 5% o 6% entre hoy y mañana, y sus competidores terminen ajustando a la baja sus pizarras para no quedar desfasados.
Un dato permite elucubrar que YPF no tendría, a priori, intenciones de actualizar el valor de sus combustibles en lo inmediato. Durante viernes y sábado sus voceros de prensa operaron en contra del aumento que preparaban las dos petroleras privadas. Habrá que ver si esa posición asumida por la conducción política de la empresa se replica en la línea gerencial o si finalmente la acción de la competencia fuerza a YPF a cambiar su posición inicial.
A pérdida
Este medio publicó la semana pasada que las cuatro mayores refinadoras —al lote de las tres primeras se le suma Puma (Trafigura)— pierden unos US$ 100 millones cada 30 días por la importación a pérdida de 200.000 m3 mensuales de gasoil, aunque, por otro lado, allegados a YPF explicaron que la compañía está compensando parcialmente esa pérdida mediante la venta de combustibles a segmentos mayoristas que siguen el precio internacional del barril (como el jet fuel, la minería y el Oil&Gas) y a través de la exportación de naftas. Este domingo desde la petrolera evitaron responder la consulta de EconoJournal.
Es un hecho que tanto Axion como Raízen hubiesen preferido que, como sucede siempre, sea YPF quien marque el camino con una nueva suba a fin de achicar la brecha que existe entre el precio local de los combustibles y la paridad de importación, que hoy supera el 30%. Existieron conversaciones informales entre los tres principales actores del mercado, pero la petrolera que preside Pablo González propuso postergar la decisión para evitar el impacto de una alza de los combustibles sobre las expectativas inflacionarias. Las otras dos indicaron que los márgenes del negocio de refino no permiten seguir dilatando una actualización y aumentaron sus precios. Resta saber si podrán sostener su apuesta de precios si YPF no hace lo propio en los próximos días.
Con esta actualización, el litro de la súper de Shell trepó hasta los $ 123,20, mientras que el V-Power Nafta orilló los 150 pesos ($ 149,50) en Capital Federal. El gasoil común, en tanto, llegó a 118 pesos por litro y el premium a 145,20 pesos. La pizarra de Axion Energy se movió en valores similares, aunque un poco por debajo.
Desde una refinadora explicaron que “mientras el precio de la nafta súper se incrementó 17,5 por ciento desde junio de 2021 hasta marzo de 2022, los precios al consumidor lo hicieron 39,7 por ciento, los alimentos y bebidas en un 43,8 por ciento, el precio de la leche fresca en sachet en un 29,1 por ciento y el pan francés un 45,4 por ciento, para tomar sólo algunos productos de referencia, todo esto según datos oficiales de INDEC». «A su vez, los aumentos otorgados a los biocombustibles también presionan sobre el precio de los combustibles refinados. El biodiesel tendrá un aumento de 37% hasta agosto, mientras que el etanol aumentará 39,5%», agregaron.