El gobierno deberá definir qué sucederá con el régimen promocional de biocombustibles aprobado en 2006, que expira el próximo 12 de mayo. Una de las opciones que se baraja puertas adentro del gobierno es prorrogar por 60 o 90 días el esquema actual hasta que se discuta en el Congreso una nueva norma. Al mismo tiempo, el oficialismo presentó en la cámara de Diputados un nuevo proyecto para regular al sector hasta 2030. Otros sectores promueven la prórroga a la actual Ley.
En ese contexto, el titular de la consultora Energía y Economía, Nicolás Arceo, se refirió al debate sobre el nuevo régimen para los biocombustibles: “creo que la situación de 2006 (cuando se aprobó la Ley 26.093) es distinta a la que tenemos hoy en 2021 con el descubrimiento de Vaca Muerta y con el abaratamiento relativo de los fósiles versus a los productos alimentarios”. Con el precio de la soja por encima de los 560 dólares la tonelada, el precio del biodiesel duplica al del gasoil.
En una entrevista en Radio 10 en el programa Mañana Sylvestre, Arceo añadió que “no fue un error el proyecto de Ley en el 2006, pero cambió la situación (macroeconómica del país) por lo que hoy se necesita un nuevo proyecto adecuado a las nuevas condiciones”.
El rol de Vaca Muerta
El economista y titular de la consultora Energía y Economía también remarcó que “ya no hay una tendencia alcista en los mercados internacionales de los combustibles fósiles como se verificaba hace 15 años”, con el precio del crudo incluso por encima de los 100 dólares. Según Arceo, la diferencia es que hoy la Argentina “tiene una producción de crudo y un nivel de reservas y de recursos (hidrocarburíferos) que puede garantizar el abastecimiento local, algo que hace 15 años, antes del descubrimiento de Vaca Muerta, no teníamos y en donde el declino de la producción convencional implicaba la posibilidad de no garantizar el consumo local de combustibles fósiles en las siguientes décadas”.
Arceo explicó que el régimen de promoción actual tuvo ventajas y éxitos, pero también implicó un costo fiscal y externo “muy elevado a lo largo de la última década y media”. Según explicó el economista, la pérdida de recursos fiscales que demandó fue de casi 6.000 millones de dólares a lo largo de los últimos 15 años.
Diferencia entre Bioetanol y biodiesel
Arceo estableció una diferencia entre el bioetanol de caña y el biodiesel. Según explicó, el etanol de caña permitió un ahorro significativo de divisas externas “al sustituir importaciones de nafta con producción local de azúcar, que excede la demanda interna y que no tiene oportunidades de exportación en el mercado internacional. En términos del sector azucarero es central el mantenimiento del cupo a la producción de etanol de caña”.
En cambio, mencionó que el corte del 10% del biodiesel durante 15 años implicó una pérdida de recursos externos por aproximadamente 2.100 millones de dólares “producto de que la soja que se dejó de exportar fue mucho mayor de lo que se logró ahorrar en importación de gasoil, centralmente porque el gasoil es más barato que la soja que se dejó de exportar”.
Por último, Arceo señaló que el gobierno está planteando mantener el corte en el etanol con las naftas en 12% y reducir el corte del biodiesel de soja con el gasoil del 10% al 5%. “Claramente este corte va a reducir el grado de utilización de la capacidad instalada, pero lo que va a permitir es una mejora en los precios en surtidor y una menor presión hacia el alza de los combustibles”, concluyó.
Un comentario
Es increíble la falta de una política de mediano/largo plazo, por un año que sube la cotización de la soja se desmadra todo el sector de combustibles renovables, que se implemento no solo con objetivos económicos sino fundamentalmente medioambientales, y que deja subproductos como harina y expeller de soja de buena cotizacion y amplia utilización en la producción de proteínas animales que mejora más aun el agregado de valor de los granos en nuestro pais.