Las empresas Geopatagonia, que es propiedad por los hermanos Sergio y Miguel Schiavone, y Latitud 45 participan del proceso que puso en marcha Baker Hughes para desprenderse de su línea de servicios de completación en el Golfo San Jorge.
Las compañías presentaron la semana pasada las ofertas para adquirir un conjunto de fracturadores, coiled tubing y demás equipamiento del que Baker pretende desprenderse por la caída de la actividad y de los márgenes en dólares del negocio. Fuentes del mercado aseguraron también que otras empresas participan de la negociación, pero EconoJournal no pudo confirmar esos datos.
Geopatagonia, una compañía de servicios nacida en la patagonia que hoy es uno los principales contratistas de Pan American Energy (PAE) en Cerro Dragón, realizó una oferta por toda la línea de servicios de fractura y cementación.
En cambio, Latitud 45, controlada por Gaspar Melia y Claudia Hortt, dos ex directivos de San Antonio, busca adquirir sólo dos fracturadores y un coiled tubing. Las empresas evitaron realizar comentarios ante la consulta de este medio.
Oportunidades
Se estima que la transacción podría definirse en las próximas semanas. En cualquier caso, la prestación de los servicios de Baker en el Golfo —que fue iniciada hace décadas por BJ Services— quedará en manos de un proveedor local. Es una buena noticia para la región: el legado de Baker continuará ligado a un proveedor con base en el territorio.
En el segmento de completación de pozos son varias las empresas multinacionales que iniciaron un proceso de reducción de su exposición en el país. Schlumberger, la mayor empresa de servicios del planeta, retiró del país el año pasado un bundle de fractura y también está desprendiéndose de servicios que no forman parte de su core business. Weatherford achicó su nómina local y también estudia alternativas para replantear su negocio en el país. Y Calfrac atraviesa por una situación similar.
Frente a ese contexto, existe preocupación entre las operadoras por la oferta decreciente de servicio de fractura y estimulación, sobre todo si la actividad recupera su nivel.
“No va a ser un problema para este año porque la actividad seguirá en niveles modestos, para en 2022 si las condiciones de inversión mejoran, van a faltar sets de fractura”, explicó el director de Upstream de una petrolera.