La privatización de dos centrales eléctricas que están en manos del Estado ingresó en la recta final con dos únicos candidatos que pelean por los activos. Se trata de Central Puerto, la segunda empresa del mercado de generación eléctrica, la única que realizó una oferta para quedarse con la usina Brigadier López, al sur de Santa Fe. Puerto, que es propiedad de un holding de empresarios locales como Guillermo Reca, Eduardo Eskasany y Nicolás Caputo, compite también por la central Ensenada Barragán. En este caso con YPF, la petrolera bajo control estatal que creó una subsidiaria —YPF Luz– para crecer en el mercado de electricidad. Así lo confirmaron tres ejecutivos sin contacto entre sí.

IEASA, el nombre con el que la administración de Cambiemos rebautizó a Enarsa, la empresa estatal de energía creada en 2004 por Néstor Kirchner, recibió la semana pasada las propuestas técnico-económicas por las centrales. La meta es recaudar un monto neto —posterior al pago de una deuda con la Anses— cercano a los US$ 400 millones para el Tesoro. Hasta pocos días antes de la presentación de ofertas, el Estado proyectaba un proceso con más jugadores. “Se esperaban dos o tres ofertas más, porque algunos fondos compraron el pliego y realizaron consultas”, indicaron allegados a la empresa que preside Mario Dell’Aqua.

De no mediar complicaciones —el 7 de febrero se realizará una pre-calificación después de evaluar los antecedentes financieros y bancarios de los oferentes—, la compulsa parece definida en el caso de Brigadier López, una usina de median envergadura de 280 megawatt (Mw). Central Puerto se quedará con la planta santafesina por ser la única interesada.

Fuentes cercanas a la empresa negaron que Caputo, amigo de extrema confianza del presidente Mauricio Macri, tenga una rol relevante en el día a día de la compañía. “Su porcentaje accionario es del 4%. Ni siquiera estamos obligados a informarlo a la Bolsa porque posee menos del 5%. El Estado tiene más presencia a través de la ANSES”, explicaron ante la consulta de este medio.

Detalles

La oferta de Central Puerto, cuyo presidente es Guillermo Reca, un ex Citybank que cultiva un bajísimo perfil y evita casi toda exposición pública, prevé el pago en efectivo de unos US$ 150 millones. Además, deberá inyectar capital para cancelar parte de una deuda con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS), que financió la construcción de la planta en 2014. Podrá utilizar, con ese objeto, acreencias a su favor que están certificadas por un pasivo histórico que el Estado acumuló con las generadoras durante el gobierno anterior.

La adquisición de la central le dará aire a Puerto, cuyo EBITDA (ingresos antes de impuestos) ronda los US$ 250 millones. La empresa cuenta, en gran medida, con equipos de alta antigüedad que no se destacan por su eficiencia. Una vez que cierre el ciclo de la planta, Brigadier López le aportará un EBITDA adicional de unos US$ 100 millones. 

Ensenada

La pelea por Ensenada Barragán, una central de mayor potencia (540 MW) ubicada en las afueras de La Plata, es más reñida porque YPF presentó una oferta competitiva. Es más: como YPF Luz no pudo cerrar la ingeniería financiera por la escasa profundidad del financiamiento internacional disponible para la Argentina, es la empresa madre, YPF SA, la que se presentó en la licitación de IEASA.

YPF corre con ventaja para adquirir el activo. “La oferta de Puerto por Ensenada Barragán incluye un condicionante legal que le resta chances. Lo más probable es que la central quede para YPF”, expresó un directivo de alto nivel del mercado eléctrico. La petrolera que preside Miguel Gutiérrez deberá desembolsar unos US$ 310 millones en efectivo —220 millones por la central y US$ 90 millones para saldar la primera cuota de la deuda con el FGS— y garantizar una inversión de casi US$ 200 millones para concluir la construcción de la central.

La finalización de los proyectos, que quedaron inconclusos en 2015 por falta de fondos, es un punto importante de la centrales, que hoy operan a ciclo abierto. Para cerrar el cliclo se debe instalar, en ambos casos, una turbina de vapor que incrementará la potencia y la eficiencia de las plantas. Es una condición sine qua non que estableció IEASA, que el próximo 11 de febrero abrirá las ofertas económica por los proyectos.

Pocos jugadores

Algunas empresas eléctricas y fondo de inversión que estaban tratando de cerrar una estructura financiera para participar del proceso de privatización de las dos centrales eléctricas desistieron de participar sobre el cierre de ofertas por la falta de crédito internacional. “Puerto pudo cerrar un crédito con bancos norteamericanos, pero realmente casi no hay financiamiento disponible para proyectos en el país”, señaló un ejecutivo de una generadora eléctrica. Ese fue uno de los motivos por los que el fondo Lone Star se bajó de la licitación.

Tampoco participó Pampa Energía, la empresa que lidera Marcelo Mindlin, que está llevando adelante el proyecto de ampliación de la central Genelba y la construcción de un parque eólico por US$ 520 millones y un gasoducto en Vaca Muerta con TGS por US$ 350 millones. La compañía priorizará la finalización de esas obras antes de iniciar nuevos proyectos.