La cuenca Austral vive en incipiente pero concrete reverdecer de su industria petrolera. El sur de Santa Cruz, que durante una década quedó relegado en la opción de inversores, hoy ofrece señales firmes de reactivación en materia hidrocarburífera.
El lanzamiento del proyecto PIAM entre Enap Sipetrol e YPF, que contempla la inversión de US$ 315 millones para ampliar la producción offshore de gas en el área Magallanes, se complementa con adjudicación de tres áreas exploratorias en Santa Cruz que traccionarán desembolsos por alrededor de US$ 150 millones en los próximos tres años. Concretamente, la gobernación que encabeza Alicia Kirchner realizó hoy la apertura de ofertas técnico-económicas de la licitación de cuatro bloques exploratorios. Se trata de Tapi Aike, que será adjudicado a CGC, brazo petrolero de Corporación América, el holding del empresario Eduardo Eurnekian; El Turbio Este fue permisionada a Enap Sipetrol, filial de la petrolera estatal de Chile; y el bloque El Turbio quedará en manos de YPF. Así lo indicó a EconoJournal un colaborador directo de la gobernadora. El área Paso Fuhr no recibió ofertas, pero queda pendiente un proyecto de iniciativa privada realizada por CGC.
El sur de Santa Cruz es un play con concretas oportunidades de crecimiento. Los campos emplazados en la zona de acceso de Río Gallegos registraron escasa actividad durante la década pasada en función de tres motivos: los bajos precios del gas en boca de pozo; la elevada conflictividad sindical; y la precaria política hidrocarburífera llevada a cabo por gestiones anteriores de la provincia.
La gobernación actual operó sobre los dos últimos factores; contribuyó e un reordenamiento gremial con los dos sindicatos presentes en el sur de la provincia y sacó a licitación los campos que estaban inactivos. Sobre este punto, la provincia evitó recurrir a instrumentos adicionales -como el carry a favor de la provincia y un diferencial abierto de regalías- para que las petroleras se enfoquen en maximizar el nivel de inversión real en las áreas.
Decisiones del Gobierno nacional también jugaron a favor de la provincia. A partir del incremento de las tarifas residenciales de gas, el Ejecutivo incrementó el precio del gas en boca de pozo: existe un sendero de precios que –aún con indefiniciones- pretende llevar el valor del fluido hasta los US$ 6,82 por millones de BTU a fines de 2019. Además, el Ministerio de Energía prepara un programa de estímulo a la extracción no convencional de gas de la cuenca Austral para incentivar la extracción de tight gas (de baja permeabilidad y porosidad) en el sur de la provincia patagónica.
“Demostramos con ordenando la política hidrocarburífera de la provincia pudimos obtener compromisos de inversión cercanos a los US$ 150 millones, un objetivo impensado para muchos hasta hace poco tiempo”, destacaron las fuentes consultadas.