Incluso antes de la salida de Alfonso Prat-Gay y la llegada de Nicolás Dujovne al Ministerio de Hacienda, Cammesa, la compañía administradora del mercado eléctrico mayorista, puso en práctica el lema del nuevo titular de esa cartera, quien llegó con la promesa de “mirar finito” en qué se están gastando los recursos del Estado.
Un informe interno de la compañía, al que accedió EconoJournal, muestra que en noviembre del año pasado, según las últimas cifras disponibles, el parque generador local disminuyó considerablemente la utilización de gasoil y fuel oil, dos combustibles onerosos para producir energía, mientras que aumentó el uso de gas natural.
En noviembre de 2016, por ejemplo, el parque generador usó 1332 miles de decámetros cúbicos (Dam3) de gas natural, que se produce en el país, pero también se importa desde Bolivia a través de gasoductos y llega al país por mar, en barcos metaneros que descargan en los puertos de Escobar y de Bahía Blanca. Esa es la marca más alta para noviembre desde 2014.
Incluso en los casos en que el producto se trae fuera del país, los valores suelen ser más baratos que el de los combustibles alternativos para generación, como el gasoil y el fuel oil.
En tanto, la importación de fuel oil en noviembre pasado alcanzó las 119.000 toneladas, que muestran la marca más baja de los últimos tres años para ese mes.
Algo similar ocurrió con el gasoil. En noviembre pasado, las centrales térmicas argentinas emplearon 28.000 toneladas, menos que las 33.000 de 2015 y las 35.000 del año anterior.
La disminución de los combustibles caros en la participación del consumo total del parque generador, sumado a la caída internacional de los precios del crudo y sus derivados, son dos de los factores que explican la disminución de los subsidios del Estado al consumo de energía. A ellos se suma, naturalmente, el aumento de tarifas que comenzó en 2016 y seguirá este año.