El precio regulado del biodiesel destinado a mezcla de combustible subió entre 36,4 y 62,3%, según el tamaño de las empresas productoras, mientras que el bioetanol en base a maíz trepó 30,6% y el producido con caña de azúcar un 22,6%. Las petroleras se quejan porque están obligadas a mezclar sus productos con biocombustibles, pero son presionadas para limitar la suba de precios.