La corrida por la escasez de combustible se explica, en el plano táctico, por la negligencia compartida entre funcionarios que responden al ministro de Economía y directivos de YPF, la petrolera controlada políticamente por el cristinismo, que se enfrascaron el último mes en discusiones de segundo orden que impidieron que la compañía, el mayor jugador del mercado de combustibles, pueda descargar seis cargamentos de combustible importado por falta de dólares para concretar su pago.