Aunque parezca increíble, la crisis del gasoil, que ya afecta a más de 20 provincias de todo el país, podría complicarse todavía más si se extiende una sorpresiva medida de fuerza de un sindicato naviero que compromete seriamente el suministro del combustible en buena parte de la Patagonia (en especial en Tierra del Fuego) y en la zona del norte argentino. Se trata del Sindicato de Capitanes y Patrones de Pesca, que paralizó en los últimos días la operatoria de unos 30 barcos alijadores de gasoil en reclamo de un aumento salarial del 45 por ciento.
Representantes gremiales y de empresas armadoras de barcos se reunieron este jueves en el Ministerio de Trabajo para intentar destrabar el conflicto. La cartera que dirige Claudio Moroni también había convocado a las partes el miércoles. Allí se había llegado a un principio de acuerdo, pero a último momento el gremio que conduce Marcos Castro quiso incorporar un nuevo punto a la negociación y el entendimiento no pudo homologarse.
El reclamo impactará de lleno en las empresas refinadoras de petróleo —YPF, Raízen, Axion Energy y Puma—, que son las que finalmente terminarán absorbiendo un incremento de costos logísticos como resultado del acuerdo que se cierre entre las compañías navieras y el sindicato de Capitanes.
“La situación afecta a todos las refinadoros. Y tiene impacto en el procesamiento de crudos y envío de combustibles a Tierra del Fuego y al resto de la Patagonia”, expresó a EconoJournal un encumbrado directivo de una petrolera. “Esta semana hubo reiterados problemas para operar normalmente. En cada cambio de tripulación, la duda es si cada embarcación podrá volver a navegar o no. Lo increíble es que afiliados al sindicato de Capitanes actualizan sus ingresos por IPC, es decir, suben directamente al ritmo de la inflación”, agregó otro.
Reclamo
Castro, líder del gremio que nuclea a los operarios con mayores ingresos del sector naviero, aprovechó la debilidad institucional del gobierno que se agudizó esta semana por lo tumultuosa salida del ex ministro de Economía, Martín Guzmán, que fue reemplazado por Silvina Batakis. Prueba de eso es que, pese a que el conflicto gremial complica aún más el suministro de gasoil, ni el ministro de Transporte, Alexis Guerrera, ni el secretario de Energía, Darío Martínez, se involucraron personalmente en la búsqueda de soluciones.
“El paro de los últimos días también complicó a Cammesa (la empresa que administra el mercado eléctrico y se encarga del aprovisionamiento de combustible para las centrales térmicas), por lo que (Federico) Basualdo (subsecretario de Energía Eléctrica) sí intervino en el conflicto”, precisaron las fuentes consultadas.
El sindicato de Capitanes reclama un aumento del 45% en el salario básico, retroactivo al 1 de abril. Así, un capitán que hoy cobra de sueldo bruto de un millón de pesos por mes pasaría a percibir cerca de $ 1,45 millones. Un primer oficial que cobra unos 700.000 pesos se aceraría al millón; y un segundo oficial llegará a los 750.000 pesos.
En los convenios de trabajo vigentes con los gremios navieros existe una cláusula que establece la obligatoriedad de trasladar cualquier recomposición salarial que obtenga alguno de los sindicatod al resto de los operarios. Así, si se llega a un acuerdo con Capitanes, la suba debería alcanzar también a maquinistas, personal de cocina y el resto de los tripulantes.
“El reclamo gremial se concreta justo cuando falta gasoil en todo el país, pero lo insólito es que el gobierno no se ponga más firme. Podría amenazar con declarar la operación como servicio esencial o al menos plantarse un poco más. No puede ser que exista una crisis por la escasez de gasoil y un gremio fuerce un conflicto para conseguir una suba superior al 40% pese a que los salarios se actualizan taxativamente por IPC”, se quejaron en una petrolera.