Transportes Crexell es una prestadora de transporte de cargas pesadas para la industria hidrocarburífera y la primera compañía que ofreció un servicio de traslado integral a las operadoras petroleras. Jugadora de peso entre los proveedores locales, la firma acapara el 85% del mercado en la Cuenca Neuquina. En la actualidad, se especializa en el montaje, desmontaje y transporte de equipos de perforación, workover
y aparatos de bombeo, y tiene tres plantas de operación ubicadas en las ciudades de Añelo, Comodoro Rivadavia y la provincia de Mendoza.
Nicolás Crexell decidió en 1997 forjar su camino apostando a la creación de su propia empresa de transportes. Hoy, la compañía cuenta con 1.000 equipos, 200 millones de kilómetros recorridos en lo que va del año y una amplia variedad de unidades de negocio que incluye DTM de los equipos de perforación, servicios de elevación con grúas telescópicas de todo tipo, transportes de arena y químicos, y gestión de almacenes, entre otros.
Hermano de la senadora nacional Lucila Crexell y sobrino del ex gobernador Jorge Sapag, el presidente de Transportes Crexell es heredero de una historia familiar que dejó huella en la provincia de Neuquén a través de los liderazgos de varios de sus integrantes bajo el ala del Movimiento Popular Neuquino (MPN), el partido político que gobierna la provincia desde hace más de 50 años.
En pleno contexto del conflicto en Neuquén por la protesta salarial de trabajadores autoconvocados de salud que implicó el corte de rutas de acceso a los yacimientos petroleros durante 22 días, Nicolás Crexell conversó con TRAMA. Desde un particular punto de vista que conjuga la mirada privada con la pública, Crexell opinó respecto de la pauperización de las estructuras políticas de liderazgo: «Todo fue decayendo. Si bien yo no tenía buena relación con mi abuelo, Elías Sapag, cuando era chico iba al Senado con él y todo el mundo estaba a su alrededor por lo que generaba. Los funcionarios hoy no son relevantes. Hay un silencio y gran falta de comunicación».
El rol del Estado: a fuerza de empujar
«La empresa estaba bastante bien al momento del parate por la pandemia. Pudimos sobrepasar la circunstancia sin tomar ningún Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) y mantener tanto el personal como el equipamiento. De lo que sí participamos es de los planes de refinanciación de impuestos», resaltó el directivo en relación con el freno de la actividad que impuso la crisis sanitaria.
«Nunca recibí un llamado de un funcionario provincial o nacional preguntando ‘en qué podemos ayudarte’», dijo Crexell y aseguró que si formara parte del gobierno, mantendría un permanente contacto con la industria y sus necesidades. Así, el empresario entiende que la forma más sana de encauzar la economía requiere dar certidumbres claras a largo plazo para todos los sectores de trabajo: «Las ayudas y subsidios son un paliativo, pero es fundamental que haya oportunidades de trabajo, de lo contrario todo es muy cortoplacista», subrayó.
En cuanto a la situación de YPF, la operadora más golpeada por la caída de la actividad, Crexell se mostró positivo: «Confío en Sergio Affronti y creo que es lo mejor que le pudo pasar a YPF porque es alguien que conoce el trabajo desde abajo. Sin duda YPF deberá reestructurar y reacomodar cosas, y de hecho lo está haciendo, veo buenas intenciones en ese sentido».
¿Existe una presencia o un canal del Estado para destrabar las complicaciones en cuanto a los trámites de aduana y la importación de equipos?
—Es una complicación manejarse con todos los tipos de dólares que hay. Hay un dólar oficial que es el que debe regir, pero no es
el que se consigue habitualmente en nuestro trabajo, con lo cual tenemos los costos distorsionados. A nivel nacional, Darío Martínez tiene algunos contactos con las cámaras de Neuquén pero yo no participo de ellas porque no entiendo su función, y allí se mezclan las necesidades con la política. La provincia debería estar más involucrada. Me parece que tendría que existir un departamento de apoyo a las empresas y de control de la actividad. El Estado tiene que venir a preguntar qué necesitan
las empresas y no al revés, que las empresas formen una cámara y salgan a reclamar. No existe ninguna herramienta, ningún organismo que opere facilitando las importaciones o el giro de divisas, es todo a fuerza de empujar. El gobierno tiene que ser rápido a la hora de tomar decisiones en cuanto a la política energética para poder exportar gas y petróleo.
Neuquén es una provincia con un potencial gigante, ¿por qué cuesta tanto instalar una mesa de conocimiento y confianza para armar una agenda positiva de desarrollo?
—Me encantaría tener una discusión constructiva con Alejandro Monteiro (ministro de Energía y Recursos Naturales). Él tiene herramientas para llegar a lugares donde nosotros no llegamos
y articular para que las cosas funcionen. Pero el gobierno provincial no escucha. Yo tengo una empresa que compré hace cinco años para fabricar tráilers y remolques, y por una cosa u otra nunca la puse en funcionamiento. Lo lógico sería que se produzcan los tráilers y se reparen los equipos de perforación en Neuquén y no en Santa Fe. Ellos son fuertes en el tema agrícola, entonces que se dediquen a eso. Hay mucha mano de obra petrolera y muchos trabajos que deberían realizarse en Neuquén. Que el ministro de Energía o el de Producción de la provincia no tengan esto en agenda habla de la capacidad de este gobierno.
La experiencia chilena
Transportes Crexell está presente con sus servicios en las provincias de Mendoza, Río Negro, Neuquén, La Pampa, Santa Cruz, Chubut, Tierra del Fuego y Buenos Aires. Además, tiene una subsidiaria y una base operativa propia en Chile, en el área Temuco, al sur de Santiago.
Ante la pregunta por la complejidad que supone aplicar los instrumentos necesarios para encapsular un sector y desarrollarlo, Crexell sostiene que no es una misión imposible: «En Chile todos los días son iguales, todos los días las cubiertas cuestan lo mismo, se puede girar divisas, comprar, vender e importar sin problema. Hoy importar un repuesto en Argentina es un dolor de cabeza. Es una barbaridad que para importar un repuesto destinado a una máquina que está dejando de funcionar estemos dando tantas vueltas».
La integración con Chile es importante en su agenda…
—Hoy le estamos dando bastante importancia a Chile. Me encantaría poder decir que estamos más centrados en Argentina, pero es la realidad que toca y debemos equilibrar. Nosotros tenemos muchas compras de equipamiento en dólares. Entonces, al no poder generar divisas para girar al exterior, necesitamos crear trabajo en otro lado, sobre todo para afrontar compromisos internacionales. Acá es complicado porque las normativas cambian permanentemente. Aun así pienso que Argentina tiene oportunidad de producir y de exportar muchísimas cosas.
¿Qué medidas ayudarían a estabilizar la situación de las empresas y la macroeconomía en general?
—El gobierno debe apuntar a ciertos lugares. Si hay mercado para generar divisas, las inversiones vienen solas, hay flujo de plata y trabajo de todo tipo. El gasoducto a Chile, por ejemplo, yo pensaría en ampliarlo. Sería una salida espectacular para la provincia y para el gobierno. En vez de traer buques regasificadores es conveniente exportar gas a Chile y generar divisas. Ahí no coincido con el gobierno nacional y no sé cuánta fuerza tiene el gobierno provincial para incidir en esas decisiones. Lo mismo pasa con el gasoducto a Bahía Blanca. Yo no pensaría en llevarlo a Bolivia o a Brasil sino en industrializar la petroquímica que allí funciona perfectamente y vender agroquímicos.
El medio ambiente y la búsqueda de equilibrio
Transportes Crexell incursionó en el mercado de energías renovables al operar en el mantenimiento de los parques eólicos de Pampa Energía, a pocos kilómetros de Bahía Blanca. «Hay mucho para hacer en cuanto al medio ambiente», destacó el entrevistado. «En Neuquén, La Secretaría de Ambiente debería ser más estricta, debería ampliar el abanico de cosas para hacer
y ver qué se está haciendo afuera. Tiene que haber un equilibrio entre la explotación de los recursos y el cuidado del medio ambiente. No puede darse solo la extracción al costo de un desastre medioambiental. Además, surgen muchas oportunidades de negocio ligadas a las energías alternativas y el cambio de combustibles fósiles. Como empresa entendemos que hay cosas que no debemos dejar de lado para quedarnos siempre únicamente en la cuestión petrolera», concluyó. ×