El gobierno nacional fijó hoy un precio mínimo de 33.618 pesos la tonelada de biodiésel para su adquisición y mezcla obligatoria con el gasoil. Al establecer un precio mínimo, y no un precio fijo, habilitó de esta manera a que compañías petroleras y empresas aceiteras negocien el precio final de la tonelada de biodiésel.
Este valor mínimo tiene vigencia desde el primero de septiembre y cambia la manera en que estaba configurado el mercado, porque antes de esta medida las petroleras y las aceiteras estaban obligadas a comprar y vender a un precio fijo.
En concreto, el gobierno fijó el precio mínimo de adquisición de la tonelada de biodiésel en 33.618 pesos, marcando así un incremento de casi 7% respecto a su última actualización de agosto, que era de 31.549 pesos. Lo hizo a través de la disposición 299/2019, publicada hoy en el Boletín Oficial, que lleva la firma del subsecretario de Hidrocarburos y Combustibles, Carlos Casares.
Este aumento y fijación de precio mínimo se da en plena negociación por el precio del biodiésel entre las petroleras, las aceiteras y las provincias productoras de biocombustibles agrupadas en la Liga de Bioenergética.
En los últimos días hubieron negociaciones sobre el precio de los biocombustible que incluyeron reuniones en la Quinta de Olivos y en el edificio del Ministerio de Hacienda entre las provincias productoras, las cámaras empresarias Cepreb, Carbio, Cigbo, Centro Azucarero, Promaiz y Maizar y funcionarios de primera línea del gobierno nacional como el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y el secretario de Energía, Gustavo Lopetegui.
En los primeros encuentros, solicitados por la provincia de Santa Fe, que abarca a gran parte de las empresas aceiteras, no hubo acuerdo. En un principio, el gobierno nacional proponía un incremento que era rechazado por las empresas y las provincias, que coincidían en que el precio de la tonelada, producto de la devaluación, debería fijarse en un valor cercano a los 40.000 pesos.
En el actual contexto del país, el gobierno se veía imposibilitado para establecer un incremento de los biocombustibles que cubra la devaluación porque eso tendría un impacto inmediato en el precio final para los consumidores en los surtidores.
Desde las cámaras empresarias, sobre todo las que agrupa a productoras de biodiésel, planteaban que por la crisis económica que atraviesa el país estaban provocando el cierre de empresas y que sin incremento de los precios el sector iba a entrar en una crisis peor.
Según explicó a Econojournal un directivo de Cepreb, que abarca el 70% del cupo de biodiésel, esta medida “es positiva porque el criterio de precio mínimo nos va a permitir establecer una negociación con las petroleras con un precio mayor al mínimo fijado hoy”.
Por parte de las petroleras, al estar el precio de los combustibles congelados, no veían con buenos ojos que se incrementen los biocombustibles. El sector de biocombustibles está regulado por ley y se establecen cupos y precios. Además, el biodiésel tiene una mezcla obligatoria con un corte de 10% con el gasoil, mientras que el corte obligatorio del bioetanol es del 12%.