Con el nuevo esquema de retenciones, el gobierno espera recaudar más de U$S 150 millones por las exportaciones de petróleo. En la actualidad, Argentina viene exportando unos 2 millones de barriles de crudo por mes. Si se estima un barril en torno a los 70 dólares, la exportación anual representa unos U$S 1680 millones. Sobre ese monto se aplica la retención, pero no es un porcentaje fijo sino un monto de 4 pesos sobre cada dólar de las exportaciones primarias, situación que complica la ecuación. Si se toma un dólar de 40 pesos, esos 4 pesos equivalen a una retención de 10%. Por lo tanto, se podrían recaudar U$S 168 millones por año, pero a medida que el dólar suba el porcentaje de retención será menor.
El cálculo mencionado toma solo la exportación estimada de crudo sin derivados, como fuel oil y nafta virgen. No obstante, todavía no está claro si sobre esos derivados se aplicarán los 4 pesos por dólar exportado o los 3 pesos que rigen para el resto de las exportaciones que no son primarias. Eso dependerá de la reglamentación.
En Hacienda afirman que la intención de no poner un porcentaje fijo de retención y establecerlas como un monto en pesos, permitirá que esa retención se vaya licuando a medida que el dólar suba. Sin embargo, también operará como un desincentivo a la exportación porque a los operadores les convendrá todavía más esperar a que el dólar se dispare.
La retención a la exportación también impactará en el precio que las refinerías pagan por el petróleo localmente. Hoy por la mañana el barril de crudo tipo Brent cotizaba U$S 78. Para exportar crudo Escalante (Chubut) o Cañadón Seco (Santa Cruz), si se descuenta aproximadamente un 2% por menor calidad respecto al valor de referencia y otro 2% por el costo del flete, arroja un valor de crudo de exportación de U$S 74,8 por barril. Con un dólar a 40 pesos, la retención sería del 10% y equivaldría a unos U$S 7,48. De este modo, el precio de referencia del crudo para las refinerías locales bajaría a U$S 67,3 por barril. Sin embargo, al fijarse la retención en pesos, ese porcentaje podría ir reduciéndose o, en el hipotético caso de que el dólar empiece a bajar, ir aumentando.