El Gobierno está estudiando modificar la forma en que se remunera el transporte del gas hasta el área metropolitana de Buenos Aires y el gran Rosario, los dos mayores centros de consumo del país. En concreto, el ente regulador del gas (Enargas) analiza variantes para corregir una inconsistencia tarifaria heredada del gobierno anterior que termina perjudicando a los hogares, pequeñas industrias y comercios de los principales centros urbanos de la Argentina. ¿En qué consiste esa irregularidad? Los usuarios de ambas zonas pagan hoy una tarifa de transporte para traer gas desde la cuenca Neuquina cuando en realidad el fluido proviene de Bahía Blanca y Escobar. El ente regulador evalúa también modificar una disposición que obliga a los usuarios a abonar durante todo el año por la disponibilidad de una capacidad de transporte que sólo utilizan durante el invierno, lo que encarece aún más sus consumos.
Buscan acortar distancias
El despacho de gas para el período invernal se inyecta fundamentalmente desde las dos terminales de Gas Natural Licuado (GNL) instaladas en la provincia de Buenos Aires. Pero por una decisión discrecional adoptada en 2009 por Antonio Pronsato, ex interventor del Enargas designado por el gobierno de Néstor Kirchner, ese gas que ingresa al mercado desde plantas ubicadas en Bahía Blanca y Escobar se remunera como si se transportara a través de gasoductos desde la cuenca Neuquina, a más de 1200 Km de Buenos Aires.
Es decir, los usuarios del área metropolitana están pagando hoy una tarifa de transporte para traer gas desde la cuenca Neuquina cuando, en rigor, el fluido proviene desde terminales de GNL ubicadas en el puerto de Bahía Blanca, emplazado a 600 Km de Buenos Aires, y en Escobar, a poco más de 50 Km. Medida en pesos, no se trata de una cuestión menor: antes de impuestos, el transporte de gas representa, en promedio, el 20% de la factura total que pagan los usuarios. El 80% restante está conformado por el precio del gas y el costo de distribución.
«Pronsato definió que la cuenca Neuquina sea Punto de Ingreso al Sistema (PIST) del GNL importado. Fue una forma de reconocerles un ingreso económico a las transportistas en años en que las tarifas estaban congeladas. Desde esa lógica tenía sentido. Pero hoy, con el camino de recomposición tarifaria iniciado por el Gobierno, no es entendible que los hogares de los centros urbanos del país sigan pagando el gas como si fuese transportado desde Neuquén cuando, en los hechos, se inyecta desde localidades de la provincia de Buenos Aires. Están pagando una tarifa de transporte excesiva que no corresponde», admitió el gerente comercial de una distribuidora. «Lo que tendría que hacer el Enargas es establecer a Escobar y a Bahía Blanca como nuevos puntos de ingreso al sistema del GNL que llega por barco. Así se abarataría la tarifa de transporte que pagan los usuarios de Buenos Aires y el gran Rosario«, agregó.
Las terminales de GNL de Bahía Blanca y Escobar pueden procesar hasta 38 millones de metros cúbicos diarios (MMm3/día) de gas. Esa capacidad de regasificación alcanza para cubrir alrededor del 50% del gas que se consume en la región AMBA y del Gran Rosario durante el pico de invierno, cuando la demanda total del mercado trepa hasta los 140 MMm3/día de gas. Eso quiere decir que los usuarios residenciales, PyMEs y comercios están pagando una tarifa de transporte definida por parámetros técnicamente cuestionables que aplica, al menos, a la mitad del gas que demandan en el período mayo-agosto. El Ministerio de Energía, que dirige Juan José Aranguren, ya está al tanto de la situación, que fue cuestionada incluso por algunos técnicos cercanos al oficialismo.
«Es difícil calcular cuánto podría abaratarse la factura de gas si se modificara esta inconsistencia técnica. Pero si se corrigiera podría generar una reducción de entre un 5% y un 10% de la factura antes de impuestos, dado que afecta a buena parte del gas que se consume en el invierno en el área metropolitana», señaló un especialista en regulación tarifaria, que pidió la reserva de nombre.
Más capacidad de la necesaria
Existe un dato adicional que complejiza todavía más la situación. Los usuarios del área metropolitana -al igual que los de todo el país- están hoy obligados por el marco legal a abonar durante todo el año por la disponibilidad de una capacidad de transporte -medida en MMm3/d de gas- que sólo utilizan durante el cuatrimestre mayo-agosto de temperaturas bajas, en el que elevan su consumo de gas. Eso es así porque el marco normativo establece que se debe contratar la capacidad disponible para cubrir el pico de consumo de gas.
En los hechos, las distribuidoras terminan pagando para reservar una capacidad en la red troncal de gasoductos que sólo utilizan en una parte del año. «El esquema se adoptó a principios de los ’90, cuando se privatizó el sistema de transporte de gas. Por una cuestión de razonabilidad económica, no sería lógico que las distribuidoras contrataran una mayor disponibilidad de transporte sólo durante el invierno. Las empresas transportistas se verían perjudicadas porque durante el resto del año tendrían capacidad ociosa inutilizable», explicó un ejecutivo de una empresa productora de gas.
En el marco de esa regulación, usuarios residenciales y PyMES terminan comprando indirectamente a través de las distribuidoras una capacidad de transporte desde Neuquén a través de los gasoductos troncales Neuba I y II que en los hechos no utilizan. «En consecuencia, los usuarios del área metropolitana abonan durante todo el año una tarifa de transporte que sólo utilizando durante los cuatro o cinco meses del invierno. Es decir, pagan tres veces más de lo que realmente usan. Por una disponibilidad en gasoductos troncales que tampoco utilizan. Es extraño que esta irregularidad no se haya tratado en la Revisión Tarifaria Integral (RTI)», admitieron desde esa empresa.