Resulta al menos ecléctica la decisión de Guillermo Pereyra, líder del sindicato de petroleros privados de la cuenca Neuquina, de asegurar, a través de sus allegados, que la discusión paritaria con las operadoras petroleras ya está cerrada. Resulta extraño porque el Ministerio de Trabajo, a cargo de Jorge Triaca, aún no convocó formalmente a las partes para definir la cuestión. Al contrario, el primer encuentro recién está previsto para el 10 o 11 de abril. Aún así, allegados a Pereyra aseguraban ayer que la negociación ya estaba concluida con un incremento del 15% en el año desagregado en dos cuotas, la primera del 7,5% en abril y otra igual durante la segunda mitad de 2018.
Lo concreto, según indicaron a EconoJournal tres ejecutivos que participan de la negociación, es que la paritaria todavía no está cerrada. Lo mismo transmitieron desde gremios de otras provincias hidrocarburíferas. Representantes de las empresas petroleras —nucleadas en la Ceph (operadoras) y en la Ceope (empresas de servicios)— vienen llevando en paralelo conversaciones con los principales gremios petroleros del país (Neuquén, Chubut y Santa Cruz). La idea es cerrar el mismo acuerdo con cada uno de los sindicatos, pero como no están dadas las condiciones para negociar en conjunto en la misma mesa, las tratativas se mantienen por separado.
La filtración de Pereyra de ayer pareció ser un gesto más para congraciarse una vez más con el gobierno y anticipar un incremento salarial en el porcentaje que pretende la Casa Rosada, justo el mismo día en que se conoció la foto de Triaca con Gerardo Martínez, titular de la UOCRA, anunciando un aumento del 15% para los trabajadores de la construcción.
En rigor, la discusión de las petroleras con los sindicatos tiene algunos frentes abiertos. En línea con el pedido del gobierno nacional, las empresas no quieren incluir una cláusula gatillo que proteja el poder adquisitivo de los trabajadores indexando los salarios por la inflación real que mida el Indec. Algunos sindicatos siguen pugnando por ese ítem. De hecho, laderos de Pereyra deslizaron ayer que la negociación paritaria incluiría una claúsula gatillo del 4%, según consignaron medios neuquinos. Las operadoras (YPF, PAE, Total, Pluspetrol y Pampa Energía, entre otras) y empresas de servicios petroleros no están dispuestas a avanzar en esa dirección.
El otro punto a definir es cómo se saldará la remuneración adicional que deben percibir los trabajadores por la aplicación del acuerdo firmado el año pasado. Esa paritaria, que concluye el 31 de marzo, sí incluyó una cláusula gatillo según la cuál las empresas deberían reconocer una suba de entre el 3% y un 5% en los salarios del último cuatrimestre. El número final de la inflación anualizada a fines de marzo se conocerá recién a mediados de abril, cuando el Indec publique la evolución del IPC. Las empresas pretenden pagar por única vez un bono en mayo que cubra el equivalente al dinero que les corresponderá a los operarios por la aplicación de la cláusula gatillo del convenio de 2017. Pero eso aún no está acordado con los sindicatos.