Un informe del Ministerio de Energía pronostica que las exportaciones de carbonato de litio se cuadruplicarán en los próximos años. De los casi US$ 200 millones facturados en 2016, se aspira a alcanzar exportaciones por US$ 800 millones.
El vértice de crecimiento de la industria del litio en el país es real. “La Argentina ofrece una oportunidad de inversión atractiva debido a sus depósitos de litio de alta calidad y un Gobierno que apoya la producción eficiente en términos de costos”, destacó en esa línea Ruíz Moreno.
Lo complejo es dimensionar el tamaño de la oportunidad. ¿Está la Argentina frente a la chance de convertirse en la nueva Arabia Saudita del litio?, como sostienen los más optimistas. A priori, parece una caracterización excesiva. ¿Cuán viable es el desarrollo en el país de una industria de tecnología para baterías que permita agregar valor a la actividad meramente extractiva? ¿Cuál es el beneficio económico que podría reportarle al país la explotación de litio en los próximos años? ¿Debe el Estado ponerse al frente del desarrollo a partir de la creación de una empresa estatal, como sucedió en una provincia argentina? Son interrogantes que conviene empezar a sopesar.
Daniel Meilán, secretario de Minería de la Nación, recomienda la cautela. “Es cierto que existe un gran interés de inversores internacionales en llegar a la Argentina para explotar proyectos de litio. Como sucede en estos casos, hay empresas idóneas con un plan a largo plazo y otras que arriban con fines especulativos”, analizó en diálogo con EconoJournal.
Toda la oferta doméstica de litio se coloca en el mercado internacional ante la falta de industrias locales que consuman el producto. Las exportaciones de carbonato facturaron u$s 191,1 millones el año anterior. Por lo que en el Ministerio de Energía estiman que las ventas de litio al exterior podrían reportar ingresos por alrededor de u$s 800 millones anuales a partir de la próxima década.
La ampliación global del mercado de litio gira en torno a dos vectores: la penetración de los autos eléctricos y el desarrollo de megabaterías para almacenar la energía generada por fuentes renovables como la eólica y la fotovoltaica, la mayor apuesta de la industria eléctrica que podría significar una verdadera revolución en el sector. Hoy por hoy, el del litio es negocio más bien pequeño. El año pasado, el consumo global de carbonato de litio ascendió a las 201.000 toneladas. La Argentina cubrió un 16% de ese volumen. En total, la facturación total del mercado en su conjunto no superó los u$s 1800 millones. Es un número modesto si se lo compara con las cifras que mueve el negocio petrolero. Sólo YPF, por ejemplo, invertirá este año cerca de u$s 4000 millones; más del doble de lo que facturó el negocio global del carbonato de litio.
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El uso de energía eléctrica sera creciente por largo tiempo, la generación de esa misma energía también crecerá utilizando distintos métodos de generación, desde las convencionales basadas en electromagnestismo, pasando por las fotovoltaicas y las eólicas. El liitio es una substancia critica en toda esa cadena de generación y almacenamiento. Seremos capaces esta vez de vender el producto base con todo el valor agregado que permite su uso directo en la industria de paneles solares? Emprendedores argentinos, una oportunidad los esta llamando, tomen el desafio tecnológico que no esta fuera de vuestro alcance.
que interesante, lastima que nadie lo ha visto, comparto