Las elecciones que renovarán el gobierno de Neuquén el año que viene proponen un escenario prácticamente inédito: en plena antesala de un incremento exponencial de la producción de Vaca Muerta, un candidato abrió una grieta en el Movimiento Popular Neuquino (MPN) y pretende disputar, desde afuera del partido, una hegemonía política de 60 años.

En rigor, Rolando Figueroa se define como “MPN auténtico”, todavía ocupa una banca en la Cámara de Diputados por ese espacio y toda su trayectoria política está ligada él. Pero eligió no competir por la candidatura a gobernador en la interna que se había convocado para noviembre y, en cambio, armar un sello electoral nuevo.

No busca ser un candidato anti MPN, pero sí una oposición a Jorge Sapag, el exgobernador de Neuquén y líder de la lista Azul que controla el Estado hace 15 años. Se anima a pronosticarlo como una posible “caída del imperio”.

“Hombre del interior, “amigote” de Sergio Massa, hoy se constituye como el principal adversario del postulante oficialista, el vicegobernador Marcos Koopmann, y el agente desestabilizador para el resto de la oposición que hoy se divide entre quienes quieren ir detrás de su fórmula y quienes no.

“Neuquinizate” es su slogan, pero su partido se llamará Comunidad. Todavía está en trámite en el juzgado federal de Neuquén, a la espera de obtener el reconocimiento. La semana pasada consiguió superar el piso de 2.116 adhesiones exigidas por ley para avanzar al siguiente paso, que es reunir igual número de fichas de afiliación.

Un líder para Vaca Muerta

Para Figueroa, la del año que viene será “la elección más importante de la historia de Neuquén”. “Hoy tenemos la última oportunidad de aprovechar bien los recursos de nuestro subsuelo, de redistribuir las oportunidades que nos dan”, asegura y achaca con los índices de pobreza de la provincia (más de un 37% sumado a un 5,4% de indigencia) y los vecinos que no tienen gas. Para eso entiende que se necesita, más que un gobernador, “un líder”. Es un mensaje que intenta contrastar que Koopmann, que está atado a la posibilidad de un solo mandato porque ya fue vicegobernador durante esta gestión, no lo es.

Figueroa se juega esta elección como si fuera su última. Es una ventana de oportunidad porque Omar Gutiérrez ya no puede repetir, Koopmann es un candidato que evalúa débil y porque el que viene detrás, Mariano Gaido, intendente de Neuquén, asoma como un contendiente con armado propio. Si el 2023 lo pierde, sus chances de intentar de nuevo en 2027 serán escasas: el actual jefe municipal de la capital tiene una imagen fuerte que piensa seguir cultivando en su reelección para buscar, en cuatro años, el gobierno de la provincia.

El MPN confía

El candidato del MPN dice para los suyos que su principal preocupación estaba puesta en una eventual interna. Superada la posibilidad del uno a uno, confía. En primer lugar, en que la dispersión de candidaturas (el número final para el año que viene podría terminar entre ocho y diez) evite la polarización con Figueroa. En segundo, en que el envión inicial del exMPN se irá diluyendo conforme se extienda el tiempo de campaña. Las elecciones no se convocarán en marzo y Gutiérrez todavía se guarda la fecha, que podría estirar hasta junio para desgastar al rival.

En el análisis del oficialismo, el candidato se está alejando cada vez más del MPN y consolidando como una propuesta “de centro derecha” en una provincia que “siempre fue peronista”. Esa evaluación todavía no cuenta que su estrategia electoral podría incluir a sectores de un desarmado Frente de Todos.

Hay por lo menos uno, el que encabeza el dirigente del Movimiento Evita, Marcelo Zúñiga, que se da prácticamente por incorporado. También hacen fuerza para entrar otros PJ como el intendente de Centenario, Javier Bertoldi, y su sobrina, la diputada Tanya Bertoldi. Al presidente del partido y ex secretario de Energía, Darío Martínez, se lo cuenta en este grupo, pero él mismo se mantiene en un silencio que está molestando a todos.

El sector de Oscar Parrilli está claro que no: impulsará una tercera candidatura de Ramón Rioseco con apoyo de otros espacios peronistas y de Libres del Sur.

La estrategia “Rolo”

La campaña del MPN ya empezó al 100%, con candidaturas para los 57 municipios y comisiones de fomento, caminatas en los barrios, cartelería y organización de comandos con la planta política de la provincia. La de Figueroa, en cambio, va dando pasos conforme organiza su armado y cubre casilleros.

Ya anunció que la intendenta de Plottier, Gloria Ruiz, será su compañera de fórmula. Y la médica que lo acompañó en la boleta legislativa del 2021, Luciana Ortiz Luna, encabezará la lista de diputados provinciales. En esta nómina también se incluirá al actual intendente de Añelo, Milton Morales, quien se sumó al portazo del MPN para acompañar su estrategia.

En el principal enclave de Vaca Muerta también tiene candidato para disputar el municipio: el concejal Fernando Banderet, quien deberá enfrentarse a la propuesta oficialista, Adriana Pezuk, impulsada por los petroleros.

Para la capital, Figueroa no tiene nombres anunciados, pero mantiene un equipo de 1.500 personas que van haciendo el puerta a puerta para detectar necesidades y elaborar un termómetro.

“Rolo está en su mejor momento”, afirman sus colaboradores “territoriales”. Para el MPN, es al revés: alcanzó su techo de popularidad y la expectativa por su figura no hará más que decrecer en la medida que siga sumando colectoras de partidos nacionales, esa mala palabra que tiene poca cabida en Neuquén.