Tras la sorpresiva salida de Antonio Pronsato, hombre clave en el diseño y proceso administrativo de la licitación del gasoducto Néstor Kirchner que está en cabeza de Enarsa, el secretario de Energía, Darío Martínez, afirmó este martes en declaraciones radiales con Urbana Play que los pliegos del concurso finalmente se conocerán esta semana. Allegados a la conducción de la empresa estatal, que está a cargo de Agustín Gerez, fueron más cautos y aclararon que “lo más probable es que la licitación se presente oficialmente la semana que viene”.
La forma de capear la situación que encontraron los funcionarios cristinistas a los que la renuncia de Pronsato, que fue anticipada por EconoJournal, fue sobrereaccionar e intentar demostrar gestión. De ahí la promesa de lanzar los pliegos a la calle esta semana, un objetivo casi imposible de alcanzar. No porque el texto de la licitación no esté terminado. Al contrato, antes de abandonar su cargo, Pronsato le dejó a Gerez una copia del pliego de la licitación terminado.
Siguen existiendo presiones de algunos grupos empresarios locales para que el pliego no permita que la construcción de la obra se concentre sólo en las grandes empresas. Habrá que ver ahora cómo Gerez resuelve ese punto. Pero al margen de eso, si quisiera lanzar el concurso a la calle podría hacerlo, porque ya está prácticamente redactado.
Lo que lo frena es la falta del estudio de impacto ambiental de la provincia de Buenos Aires. La gobernación de Axel Kicillof aún no dio luz verde a la obra. Gastón Leydet, subgerente general de Enarsa, trabaja para despejar cuanto antes esa variable. Luego de eso, el área de Legales de la empresa debe dar la autorización definitiva para que los pliegos se eleven al Directorio para su validación final. Con viento a favor, esas tareas podrían estar listas para mediados de la semana que viene.
¿Con qué equipo?
La renuncia de Pronsato, que estaba al frente de la unidad ejecutora del gasoducto a Vaca Muerta, abre hacia adelante un interrogante acerca de quién tomará la posta técnica del proyecto. El ex interventor del Enargas era un interlocutor legítimo para las empresas privadas —tanto proveedores como constructoras— que aspiran a participar de la obra. Había formado un equipo de técnicos y abogados que estaban trabajando en la redacción del pliego, los cálculos del presupuesto, la permisología y la documental necesaria para lanzar el concurso. Este medio pudo saber que la mayoría de esos profesionales dejarían sus cargos.
Pronsato contaba con dos personas de máxima confianza: Raúl Cabello, un especialista en obras de ampliación del sistema de transporte de gas que realizó la mayor parte de su carrera en el Enargas, y Luis Buisel, gerente de Transmisión del ente regulador, que a pedido de Pronsato estaba totalmente abocado al emprendimiento. Ambos dejarían de formar parte del proceso.
También se desligarían Luciano Paladini, ex directivo de Camuzzi que tuvo un efímero paso como jefe de Operaciones de IEASA (hoy rebautizada nuevamente como Enarsa) a inicios de la gestión de Alberto Fernández; y Gabriela Trepat, una abogada con amplia experiencia en el segmento regulado de gas natural. Las bajas se completarían con otros dos abogados y una ingeniera que había llegado de Vialidad Nacional. Sólo continuaría Alejandro Melo, que a su vez es gerente de Medio Ambiente de Enargas. El cristinismo deberá reconfigurar rápidamente la plana técnica de Enarsa si pretende que la ejecución del proyecto no se demore todavía más. No será sencillo.