Los sindicatos petroleros de todo el país firmaron este martes con las cámaras de empresas productoras de hidrocarburos (Ceph) y de servicios (Ceope) un aumento salarial en el trimestre abril-junio del 21 por ciento. La suba, que hasta mediados de año será no remunerativa y luego se incorporará al salario base de los trabajadores, está en línea con lo que pretendía Marcelo Rucci, secretario del sindicato de petroleros privados de Neuquén, Río Negro y La Pampa, y el resto de los líderes sindicales. Así lo había adelantado el ex intendente de Rincón de los Sauces, que en diciembre reemplazó a Guillermo Pereyra al frente del mayor gremio petrolero del país, en una entrevista telefónica con EconoJournal publicada el miércoles pasado.
El aumento se partirá en dos cuotas: en mayo los salarios aumentarán un 10% y en junio sumarán el 11% restante. Con el acuerdo, los gremios petroleros marcan una nueva frontera en las paritarias salariales que se están discutiendo en la mayoría de los sectores económicos.
Rucci señaló que, en junio, cuando se vuelvan a reunir con las petroleras para negociar una nueva suba trimestral, reclamarán una actualización que respete los parámetros inflacionarios de los próximos dos meses, pero más allá de eso, lo concreto es que este aumento del 21% en un trimestre abre la puerta a los gremios de exigir un incremento anual de los salarios superior al 80 por ciento.
Es un guarismo que —por más que la Casa Rosada haya flexibilizado la pauta en paritarias para permitir que los salarios recuperen parte del terreno perdido contra los precios— deja en una posición incómoda al Ejecutivo. El escenario salarial que proyectan los petroleros no está tan lejos de expresarse en tres cifras, por lo que será una variable que presionará sobre cualquier intento de estabilización macroeconómica.
Poco por hacer
Pese a todo, fuentes privadas consultadas por este medio mostraban cierta conformidad por el acuerdo firmado. “Es un aumento no remunerativo por lo que el impacto en los costos laborales será menos que el 21%. Está bien acordar algo por 90 días hasta que haya más claridad en el escenario económico”, indicó un ejecutivo bajo reserva de nombre.
Lo cierto es que, una vez que referentes políticos de YPF y de la gobernación de Neuquén asumieron el miércoles pasado el compromiso verbal con Rucci y Claudio Vidal, líder del sindicato petrolero de Santa Cruz, de llegar a buen puerto con la negociación paritaria a cambio de que los gremialistas viajen a Neuquén para participar del lanzamiento del gasoducto Néstor Kirchner que encabezó el presidente Alberto Fernández, no había mucho por hacer. EconoJournal publicó el jueves pasado los entretelones de esa negociación a último momento y, aunque YPF desmintió que el acuerdo estuviese cerrado, algo que este medio en rigor nunca afirmó, la realidad es que apenas tres días después de ese comunicado, las empresas terminaron rubricando un acuerdo que cumple con los parámetros salariales que querían los gremios.
De hecho, el propio Rucci declaró la semana pasada que los gremios estaban dispuestos a cerrar con un aumento del 21% o 22% en el trimestre, que fue lo que finalmente sucedió.
Hasta el miércoles al mediodía, varias petroleras eran de la idea de enfrentar el paro de actividades que anunciaban los gremios con tal de no convalidar un aumento tan elevado de los sueldos. O, al menos, pretendían ganar tiempo para que el acuerdo empiece a regir en mayo o junio o esmerilar el poder de negociación de los sindicatos.
Pero una vez que la política buscó un acercamiento con Rucci para no tener que lidiar con su ausencia en el acto en Loma Campana, las cartas ya estaban prácticamente jugadas.