El gobierno postergó el 31 de mayo de este año la actualización de los impuestos a los combustibles del primer y segundo trimestre hasta el 1 de diciembre. La medida se combinó con el congelamiento de las naftas y el gasoil con la intención de desacelerar la inflación durante la campaña electoral. Sin embargo, la estrategia no dio el resultado previsto. La suba de precios sigue en torno al 3 por ciento mensual y si en diciembre se actualiza el ICL la nafta súper, por ejemplo, debería subir en la Ciudad de Buenos Aires un 7,9%.
YPF y el resto de las petroleras son conscientes de que no hay margen para aumentar los combustibles el mes próximo. Por eso le solicitaron al gobierno que se vuelva a postergar la actualización del impuesto ya que de otro modo las empresas se verían forzadas a absorber ese incremento, situación que podría tensionar más aún a la cadena de abastecimiento.
El impuesto atrasado
En la actualidad, el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y al Dióxido de Carbono (IDC) suman 19,423 pesos al precio de las naftas. Si se le suma lo atrasado hasta noviembre debería pasar a 24,342 pesos y si se actualiza en diciembre llegaría a 26,598 pesos, un 36,94% más del valor vigente en la actualidad.
Esos 7,17 pesos que se deberían sumar al valor de las naftas representan un porcentaje de suba diferente en los distintos lugares del país porque no hay un único valor de los combustibles a escala nacional. En la Ciudad de Buenos Aires, YPF, por ejemplo, vende el litro de súper a 90,40 pesos. En ese caso la suba representaría un 7,9%
En el segmento diésel, esos mismos impuestos son actualmente d 13,575 pesos por litro. Si se le suma lo atrasado a noviembre, debería pasar a 17,012 pesos y si se actualiza en diciembre, llegaría a 18,589 pesos por litro, un 36,94% más. El litro de diésel 500 YPF lo vende a 84,90 pesos en la Ciudad de Buenos Aires. Por lo tanto, el aumento sería de 6%.
La negociación
YPF subió sus precios por última vez el domingo 16 de mayo. El viernes anterior a ese día el barril de Brent había cerrado 68,71 dólares. Este lunes por la mañana estaba 83,64 dólares, un 21,7% más. Si bien las petroleras no le trasladaron a las refinerías esa suba, han ido ajustando un poco sus precios sin que los valores en el surtidor se hayan modificado.
En el contexto inflacionario actual se estima que el atraso en el surtidor está cerca de un 25%, sin tomar en cuenta la suba de impuestos. Si el 1 de diciembre se aplica la suba del ICL y del IDC, pero el gobierno no le da luz verde a YPF para trasladar esa suba al surtidor, los márgenes de las compañías se reducirán aún más y la tensión con el sector se incrementará. A su vez, el resto de las empresas suele seguir los pasos de YPF, ya que está última domina el mercado al concentrar cerca del 55% de las ventas.
En YPF y en el resto de las empresas son conscientes de esta situación. Por eso, apuestan a que la actualización impositiva vuelva a postergarse para que pueda aplicarse en un mejor contexto. El problema es que desde hace un tiempo el contexto es cada vez peor. Por lo tanto, el atraso se va acumulando.
Los impuestos sobre los combustibles implican un monto fijo que se va actualizando cada tres meses en función de la evolución del Índice de Precios al Consumidor (IPC) del Indec. Originalmente se actualiza cuatro veces por año, en enero, abril, julio y octubre. El gobierno sólo actualizó el 38% de los impuestos correspondientes al cuarto trimestre de 2020 en marzo de este año. En los hechos, viene postergando la actualización impositiva del 62% de ese trimestre y este año la volvió a postergar en tres oportunidades. Todo indica que se viene la cuarta.